Sólo unas imágenes que tratan de explicar cómo tenemos un concepto de sexo genital muy muy muy atrasado ya.
No es cuestión de sexo, es cuestión de libertad individual, y cerrar los ojos no nos hace libres de esta discriminación que produce muchas miles de muertes, torturas y suicidios cada año. Una realidad que, al igual que ocurría con las personas homosexuales y lesbianas, hace que muchas de estas personas tengan que dejar de estudiar, no puedan trabajar y que demasiadas sólo tengan la opción de esconderse de la vida, prostituirse o simplemente desaparecer. Estos son algunos de los casos:
Cuando los gemelos de California Caleb (a la izquierda) y Emmie Smith nacieron en 1998, eran como dos gotas de agua. «A los 12 años no me sentía niño, pero tampoco sabía que tenía la posibilidad de ser niña», cuenta Emmie. A los 17 se declaró transexual, y hace poco se ha sometido a una cirugía de reasignación genital a la que resta importancia: «Ni antes era menos mujer, ni lo soy más ahora».
Trina, como se hace llamar en la calle, se oculta durante el día y trabaja como prostituta de noche, el único momento en que se siente segura vestida de mujer. Así y todo, la han atacado con ácido, con navajas, con un machete y con pistola.
Inhibidores hormonales
Para el baile de su clase de octavo en una escuela del estado de Nueva York, Ray Craig se presentó con traje. Ese fue uno de los primeros pasos que dio en su camino hacia la afirmación de su identidad como «chico trans», aunque decidió esperar al final de curso para hacerla pública. Hoy todos se refieren a él con pronombres masculinos. A su padre no le sorprendió la decisión de Ray, pero «no tenía claro si sería una fase que duraría un mes y medio, cuatro años o sería para siempre». El siguiente paso: plantearse tomar inhibidores hormonales para bloquear el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios que se produce en la pubertad.
Amenada y atacada.
Aunque Sasha se identifica como mujer, se reserva las expresiones femeninas para la noche, cuando trabaja realizando trabajos sexuales. Sasha, ahora de 21 años de edad, salió del armario en octavo curso. Fue amenazada y atacada por familia y amigos
Rociadas con gasolina
English y Sasha (abajo), también apodos, viven con Trina y otras compañeras en un canal de desagües pluviales de Kingston, en Jamaica. A los pocos días de que se tomaran estas fotos, dos bandas rociaron con gasolina a todas ellas y sus pertenencias y les prendieron fuego. English y Sasha resultaron heridas.
«¿Qué prefieren, una niña feliz o un niño muerto?»
A los cuatro años, Trinity Xavier Skeye cayó en un mutismo casi absoluto, empezó a morder su ropa de niño y a decir que quería amputarse el pene. Sus padres, alarmados, acudieron al psicólogo, que les preguntó: «¿Qué prefieren, una niña feliz o un niño muerto?». Ahora Trinity, con 12 años, toma bloqueadores hormonales y cuenta con el apoyo incondicional de su madre.
Someterse a cirugía
Asignado como niña al nacer, Hunter Keith, de 17 años, se siente chico desde quinto curso. En séptimo se lo contó a sus amigos; en octavo, a sus padres. Dos semanas antes de que se tomase esta foto se sometió a una mastectomía. Hoy disfruta haciendo skate con el torso al aire por su barrio de Michigan
Trastorno cromosómico
Nacida con un trastorno cromosómico intersexual, Emma, de 17 años, presentaba al nacer una anatomía masculina y femenina incompleta. La criaron como una niña, pero supo desde el principio su excepcionalidad. «No me preocupan mis diferencias», dice. Tímida e inventiva, pasa horas en su dormitorio, en Florida, inventando aventuras con sus muñecos de Mi Pequeño Pony.
«Soy una niña»
A Oti, de nueve años, le asignaron sexo masculino al nacer, pero nunca sintió que fuese un niño. Cuando aprendió a hablar, no dijo «me siento niña», sino «soy una niña». Oti hizo que sus padres y sus tres hermanos mayores conociesen el activismo trans. «Hemos conocido a gente increíble, personas que han pasado lo indecible –explica su padre, David–. Ella me abrió los ojos. Yo soy su padre, pero ella es mi guía».
Deficiencia enzimática
Carlos, de 12 años, muestra una foto de cuando vivía como una niña. Pertenece a un reducido grupo de niños de la República Dominicana que tienen una deficiencia enzimática: al nacer, sus genitales parecen femeninos, pero el pico de testosterona de la pubertad hace que desarrollen genitales masculinos y que se tornen hombres.
Fa’afafine, un género «intermedio»
En Samoa, Sandy (a la izquierda), de 12 años, y su mejor amiga, Mandy (con camiseta blanca), de 10, improvisan un baile con amigos y primos. Se identifican como fa’afafine, género que no se corresponde ni con un chico ni con una chica. Los niños fa’afafine suelen adoptar el rol de niña en la casa y cuando juegan. En la edad adulta conservan una anatomía masculina, con un aspecto y unas maneras femeninas. Ayudan en las tareas domésticas y el cuidado de los niños, y eligen hombres como pareja sexual.
Familia transgénero
Hace cuatro años, mientras verían una entrevista por televisión a una chica transgénero, Corey Maison (en la cama elástica) y su madre Erika (sentada) se dieron cuenta de que ellas también eran transgénero. Corey, hoy de 14 años de edad, empezó la transición de chico a chica poco después, pero Erika decidió mantenerlo en secreto mientras se dedicaba al cuidado de Corey y de su otra hija. Hoy Erika está transformándose en Eric, una opción inconcebible para ella hace una generación. «El paso más importante fue comunicárselo a mi marido. No lo hubiera hecho sin su apoyo».
Estos textos y fotos están tomados de web de National Geographic
Os recomiendo leer este enlace para saber mucho más sobre esto de la identidad de género y como está la realidad, la asquerosa realidad, de la discriminación, en otros países
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