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ONGI ETORRI

Las lapidaciones, la libertad de amar y el Islam

Ago 21, 2010

Este verano han estado de actualidad una vez más, doctor estas horribles prácticas que se dan fundamentalmente en países teocráticos islamistas.
No, pill las lapidaciones no tiene que ver nada con el Islam ni la religión musulmana en general. Las lapidaciones son actos de crueldad máxima que son apoyadas por unas gentes sin razón alguna que ni no tienen sentimientos humanos y que interpretan a su modo la Sharía o Ley islámica.
En general son, además, actos de barbarie contra la libertad sexual y la libertad de amar: condenan a la lapidación a mujeres y hombres (sobre todo mujeres) por cometer un pecado horrible: amar a otra persona.
Las lapidaciones, aunque escasas ya, se dan fundamentalmente en Arabia Saudí, Somalia, Afganistan e Irán
En las últimas semanas hemos leido varios casos de lapidaciones o de ejecuciones por estas relaciones amorosas:
Una fue hace unos días tan solo, una pareja lapidada por los talibanes en Kunduz, Afganistán. Él se llamaba Qayum, tenía 28 años y estaba casado. Había huído a Pakistán con Sadiqa, de 20 años, soltera y prometida a otro hombre. El amor entre ellos, libre y fundamental para todo ser humano, les había hecho correr ese riesgo. Los familiares de ambos les prometieron que, si regresaban, les perdonarían y les permitirían casarse sin problemas. Y los dos jóvenes volvieron….y allí fueron entregados a los talibanes que les sometió a juicio sumario y fueron condenados a la lapidación inmediatamente. Los lapidaron por separado, ante unas 150 personas.
Esta era la primera lapidación (al menos que se tenga constancia) en varios años. Sin embargo, esa interpretación errónea y machista del Islam ya había asesinado a más personas en situación semejante: hace un año fueron fusilados Abdul Aziz, de 21 años, y su novia, Gul Pecha, de 19, en Nimroz. También se habían fugado para casarse, pero sus respectivas familias no lo permitían y fueron familiares quienes los delataron y los entregaron a los talibanes.
En Irán hace poco se dio una campaña internacional para salvar a Sakineh Mohammadi Ashtianí, de 43 años, condenada a la lapidación por haber engañado a su marido, ya fallecido 8incluso se le acusó de haber conspirado para matarlo y hasta ella llegó a confesarlo públicamente en una entrevista en la televisión estatal, aunque sus abogados aseguran que lo hizo después de permanecer sometida a torturas de toda índole durante varios días. En estos momentos las autoridades religiosas iraníes han paralizado ese ajusticiamiento.
El 8 de agosto los talibanes fusilaron en Afganistán a una mujer viuda y embarazada, Bibi Sanubar, a la que acusaban de adulterio por haber mantenido relaciones sexuales con un hombre después de que su marido hubiera muerto. Previamente le dieron 200 latigazos en público.
No hace mucho la revista Time publicó la foto y la historia de Aisha, una mujer de 18 años a la que cortaron la nariz y las orejas en la provincia afgana de Uruzgan por huir de los abusos de su marido.
Se tiene constancia de al menos 5 mujeres asesinadas estos últimos años en Afganistán por no cumplir esos preceptos morales que dicen sacar del Corán.
Los talibanes afirman no ser responsables de esos asesinatos morales aunque muchos testigos afirman lo contrario.
En estos paises, decir algo tan precioso como, “te quiero más que a mi vida”, es algo literal que puede ser real.
Me gustaría aprovechar para comentar que hay bastante gente musulmana que escribe e este blog o a mi mismo y les aseguro que estas prácticas asesinas nada tienen que ver con la religión musulmana, ni con el Islám, ni con el Corán, ni con la inmensa mayoría de las personas musulmanas.

En Irán, por ejemplo, ejemplo de República Teocrática, muchos clérigos y zelotes se basan en los textos sagrados para asegurar que «es la ley islámica» pero esta pena no está mencionada en el Corán. Muchos clérigos y ulemas discrepan de esta interpretación y se oponen, con riesgo de su vida incluso, a esta interpretación que ellos consideran política y que yo añado machista y dictatorial. De hecho, la lapidación para los adúlteros no se introdujo en el Código Penal hasta 1983, cuando se renovó ese texto a raíz de la revolución islámica. Desde entonces hasta 1997, Irán ha ejecutado a una media de 10 personas al año por ese procedimiento, según estimaciones de las organizaciones de derechos humanos. Aquel año, llegó al Gobierno el reformista Mohamed Jatamí y aunque no cambiaron las leyes, se suavizaron sus aristas. Después de la llegada a la presidencia de Mahmud Ahmadineyad, en 2005, el nuevo clima alentó que volvieran a aplicarse las sentencias de lapidación. Al año siguiente, hubo dos casos extraoficiales en Mashhad, y en julio de 2007, un portavoz judicial confirmó la muerte a pedradas de Jafar Kiani en Qazvin.
Hay muchas voces importantes y religiosas que están alzando su voz y nuestro deber como seres humanos es tratar de darles la mayor voz posible: El ayatolá Mohammad Ebrahim Yannati comentaba no hace mucho: «No existe ninguna correlación entre la lapidación y los valores islámicos», (aunque su peso religioso baja precisamente por decir estas cosas); Mehrangiz Kar (abogada y activista de los derechos de la mujer, obligada a abiondonar el pais en 2001): «los clérigos que opinan así no tienen ningún poder dentro del régimen». El ex presidente Ali Akbar Hashemí Rafsanyaní, que ha sido uno de los políticos más poderosos de Irán, llegó a tachar de «jueces con mal gusto» a quienes imponían esa pena. «Apoyar la lapidación es un acto político simbólico», interpreta por su parte.
Finalmente, las presiones internas y externas también contribuyeron a que el poder judicial excluyera la lapidación del nuevo Código Penal que en 2008 presentó ante el Parlamento, donde sigue debatiéndose. Aunque pocos iraníes creen que el Consejo de Guardianes, un órgano no electo con poder de veto sobre todas las decisiones del Parlamento, vaya a dar su visto bueno.
Según la Campaña Internacional contra la Lapidación hay otros 24 condenados/as a lapidación que están pendientes de su ejecución (http://missionfreeiran.org/2010/07/16/list-stoning-victims/).
Os recomiendo, para terminar, leer una entrevista realizada en El Pais a MOHAMAD MOSTAFAEÍ, abogado de la condenada Sakineh M. Ashtianí. En ella afirma también que el Corán no recoge la lapidación y habla de los defectos de la legislación iraní en estos aspectos. Mostafaeí tuvo que huir a Noruega tras ser detenido y poder huir una vez puesto en libertad.

Firma contra la ejecución de Ashtiani (Amnistía Internacional)