En la entrada anterior citaba la muerte de dos mujeres en el último día de mayo. Este nuevo nos ha despertado de la misma forma: 3 asesinadas en 5 días:
El día 2 de junio Mª Dolores Rodríguez, order de 52 años, fue asesinada en Gijón (Asturias) por su esposo, E.M.R.V, quien la estranguló en su domicilio y escondió el cuerpo bajo la cama. El asesino, al día siguiente, mientras era buscado por la policía, se ahorcó de un poste eléctrico en una localidad de León.
El viernes pasado día 4, en Almería, Cristobal B.R, de 35 años, apuñaló presuntamente a su pareja Mª Mercedes G.C., también de 35 años, y además acabó también con la vida de su hijo, de sólo 5 años, otra hija de 16 años se salvó al estar en esos momentos en clase. Al tratar de escapar se cayó por una ventana aunque sólo tiene heridas leves.
Mónica González, de 32 años, se ha convertido en la segunda mujer asesinada en la localidad girondense de Salt en sólo una semana. Ocurrió anteayer domingo, 6 de junio, en la entrada al portal de su casa, degollada por su pareja, J.L.R, de 30 años. Tampoco había denuncia previa por malos tratos en este caso
Un hombre asesinado por su pareja: la violencia de género se ha cobrado este domingo otra víctima de género más, esta vez la de un hombre de 47 años que fue apuñalado por su mujer, de 46, en Getafe (Madrid). La mujer se entregó a la policía posteriormente. En este caso el asesinado sí contaba con 2 antecedentes policiales por malos tratos en el ámbito familiar.
También el día 4, Mª Luisa P.F., de 65 años, fue hallada en su casa de Madrid, acuchillada. No se saben todavía los motivos ni la autoría del asesinato. Y el pasado día 6, otra mujer aparecía muerta en Parque Alcosa de Sevilla. Hay un hombre detenido por este presunto homicidio aunque no parece que hubiera habido o existiera ningún tipo de relación sentimental entre ellos.
Con estas 3 mujeres asesinada serían ya 35 las mujeres asesinadas en lo que va de año por sus compañeros o excompañeros (incluidas TRES que el Ministerio de Igualdad no cuenta por haber desaparecido o fallecido en 2009 aunque su cuerpo se encontró este año y una más por ejercer la prostitución y no ser pareja oficial)). Siguiendo la campaña UNA POR UNA esta entrada TRES POR UNA visibiliza una vez más a mujeres de los siglos anteriores al siglo XX, desconocidas por el público en general probablemente por su condición de mujer, pero tan importantes como cualquier premio nobel, varón, de las mismas épocas. No deben caer en el olvido tampoco. Esta vez visibilizo tres mujeres distintas gracias al blog de «Mujeres para pensar», que contiene muchas biografías y que os recomiendo. http://mujeresparapensar.wordpress.com dos mujeres muy distintas.. (podéis ver otro listado en el siguiente enlace)
Kassiane (Constantinopla, entre 805 y 810 – 867 d. de C.)
Abadesa, poeta y compositora. Una de las primeras compositoras del medioevo cuyas partituras se conservan y son interpretadas por músicos y especialistas contemporáneos.
A comienzos del 700, algunos clérigos griegos consideraban que la devoción a las imágenes sagradas en pinturas y estatuas reemplazaba la devoción a las personas que esas imágenes representaban. En 726, el emperador ordenó destruir las imágenes de Cristo en su palacio, y otros lo siguieron provocando la destrucción generalizada de imágenes en todo el imperio. Lo que comenzó como una disputa de doctrina, dio origen a intrigas palaciegas y rivalidad entre la iglesia en Constantinopla y aquella en Roma. Los iconoclastas controlaban la corte del emperador, de modo que muchos fueron encarcelados, algunos se exiliaron, mientras que otros fueron ejecutados por defender la veneración de imágenes. Aunque esta controversia mermó a finales del 700, durante la adolescencia de Kassiane volvió a surgir. Se dice que Kassiane fue golpeada por ayudar a exiliados adoradores de imágenes y monjes encarcelados.
Se conoce muy poco sobre su vida entre 830 y 843. Se sabe que Kassiane estudió Griego clásico. Y que durante un baile en el que el joven emperador Teófilo debía escoger esposa, se le acercó atraído por su belleza y le dijo: “Las mujeres han traído las cosas más abyectas.” refiriéndose al pecado y al sufrimiento, a lo que Kassiane respondió: “Y las mujeres han traído las mejores cosas también”, refiriéndose a la esperanza y la salvación a través de la virgen maría. Herido en su orgullo, Teófilo eligió a Teodora como esposa. Dice la tradición que el emperador Teófilo, aún enamorado de ella, quiso verla por última vez antes de morir, habiendo lamentado haber rechazado a una mujer inteligente por simple orgullo.
Lo que se sabe después de este período es que fundó un monasterio al oeste de Constantinopla y se convirtió en la primera abadesa. Su monasterio tenía una relación estrecha con el monasterio de Stoudios, que tendría un papel fundamental en la reedición de los libros litúrgicos bizantinos en el siglo IX y X, lo que aseguró que su obra se conservara. El más famoso de sus himnos el Himno de Kassianeni se cantaba todo miércoles santo.
Algunos creen que sus versos no religiosos son anteriores, ya que habría sido indebido, por ejemplo, que una monja hiciera una lista de los tipos de personas que odiaba.
Se conservan 40 de sus himnos, de los cuales 30 se usan en la liturgia ortodoxa de Europa Oriental. También escribió 261 epigramas y máximas.
Odio al asesino que condena al irascible
Odio al adúltero cuando juzga al fornicador
Odio al leproso que expulsa a otro leproso….
Odio al hombre rico que se queja como si fuese pobre.
Odio al hombre pobre que presume como si fuera rico.
Odio al deudor que duerme sin preocupación…
Odio al elocuente que no es oportuno.
Odio el silencio cuando es hora de hablar.
Odio al conformista…
Odio a quien no alienta a los otros con sus palabras.
Odio a quien habla antes de considerar lo que dirá.
Odio a quien enseña sin saber nada…
No esperes la riqueza, ni la pobreza,
ya que la una infla la mente y el juicio,
y la otra trae profundo dolor.
Alfonsina Storni (Suiza, 29/05/1892 – 25/10/1938)
Poeta argentina de origen suizo. El rasgo más característico de su producción fue un feminismo combativo que se observa en el poema Tú me quieres blanca, motivado por las relaciones problemáticas decisivas en su vida. Madre soltera, a pesar de los tabúes sociales de la época, se elevó sobre todo juicio por el valor de su poesía, como una de las primeras mujeres poetas reconocida en su propio tiempo.
Tras nacer en suiza, la familia volvió a argentina cuando solo contaba un año de edad. Por la ausencia del padre, Paulina, su madre, pasó a ser la cabeza de una familia numerosa y pobre. A los diez años, Alfonsina dejó sus estudios para lavar platos y atender las mesas y tras la muerte de su padre en 1906, se empleó como obrera en una fábrica de gorras.
En 1907 llegó a Rosario la compañía de teatro itinerante de Manuel Cordero. Con quince años, Alfonsina reemplazó a una actriz que se había enfermado, y le pidió a su madre que le permitiera convertirse en actriz y viajar con la compañía. La vida en el teatro se le hizo insoportable en un ambiente que la asfixiaba. Al regresar a Rosario, se encontró con que su madre se había casado. Entonces decidió retomar sus estudios y entró en la carrera de magisterio en Coronda, donde obtuvo el título de docente y ganó un lugar sobresaliente en la comunidad escolar.
Se vinculó a dos revistas literarias, Mundo Rosarino y Monos y Monadas en las que se publicaron algunos de sus poemas, al igual que en Mundo Argentino.
A finales de 1911, decidió trasladarse a Buenos Aires. El nacimiento de su hijo Alejandro, sin padre conocido, en abril de 1912, la define como una mujer que se enfrenta sola a sus decisiones. Trabajó como cajera en una tienda en Florida y Sarmiento. También publicó en la revista Caras y Caretas. Su primer libro, La inquietud del rosal, publicado con grandes dificultades económicas, apareció en 1916.
A pesar de las dificultades, entre un mundo literario dominado por los hombres y las necesidades prácticas de criar y mantener a su hijo, Alfonsina continuó escribiendo. En 1918 publicó El dulce daño con la presentación de Roberto Giusti y José Ingenieros, su gran amigo y protector, a veces su médico. Al reponerse de una crisis emocional por exceso de trabajo, que la obligó a dejar momentáneamente su trabajo en la escuela, comienzan sus visitas a la ciudad de Montevideo, donde hasta su muerte frecuentará amigos uruguayos como Juana de Ibarbourou.
En 1922, Alfonsina ya frecuentaba la casa del pintor Emilio Centurión, de donde surgiría posteriormente el grupo Anaconda. Allí conoció al escritor uruguayo Horacio Quiroga, que vivía modestamente de sus colaboraciones en diarios y revistas y desempeñó un papel protagónico en el intento de profesionalizar la escritura. Entonces Alfonsina ya había publicado sus libros Irremediablemente (1919) y Languidez (1920).
En 1923, la revista Nosotros, líder en la difusión de la nueva literatura argentina, publicó una encuesta sobre los tres más respetados poetas del momento. La mayoría de las respuestas coinciden en un nombre: Alfonsina Storni.
Con su libro Languidez, obtuvo el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura. En 1925 se publicó Ocre, un libro que marca un cambio decisivo en su poesía. Desde 1923 trabajó como profesora de Lectura y declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas, y su lugar como escritora está afianzado entre el público y otros poetas. José Ingenieros muere y esto ahonda en su soledad.
Gabriela Mistral la visita y luego publica un relato de este encuentro. La chilena queda impresionada por su sencillez, su sobriedad, su escasa manifestación de emotividad y su profundidad.
Alfonsina intervino en la creación de la Sociedad Argentina de Escritores y su participación en el gremialismo literario fue intensa. En 1928 viajó a España en compañía de la actriz Blanca de la Vega, y repitió su viaje en 1931, en compañía de su hijo. Allí conoció a otras mujeres escritoras, y la poeta Concha Méndez le dedicó algunos poemas. En 1932, publicó sus Dos farsas pirotécnicas: Cimbelina y Polixene y la cocinerita. Colaboró con el diario Crítica y en La Nación; y dio clases de teatro.
En 1931, el Intendente Municipal nombró a Alfonsina jurado, primera vez que ese nombramiento recae en una mujer. Alfonsina se alegró de que comenzasen a ser reconocidas las virtudes que la mujer, esforzadamente, demuestra.
El 20 de mayo de 1935 Alfonsina fue operada de un cáncer de mama. La operación le dejó cicatrices físicas y emocionales profundas que acentuaron una constitución emocional extremamente sensible. Tras el suicidio de Horacio Quiroga en 1936, Alfonsina le dedica un poema de versos conmovedores, que presagian su propio final:
En enero de 1938, en Colonia, Uruguay, el Ministerio de Instrucción Pública organizó un acto que reunió a las tres grandes poetas sudamericanas del momento, en una reunión sin precedentes: Alfonsina, Juana de Ibarbourou y Gabriela Mistral. Hacia mitad del año apareció Mascarilla y trébol y una Antología poética con sus poemas preferidos.
Los meses que siguieron fueron de incertidumbre y temor por el carácter renuente de su enfermedad. El 23 de octubre viajó a Mar del Plata y hacia la una de la madrugada del martes veinticinco Alfonsina abandonó su habitación y se dirigió al mar. Esa mañana, dos obreros descubrieron el cadáver en la playa. A la tarde, los diarios titulaban sus ediciones con la noticia: “Ha muerto trágicamente Alfonsina Storni, gran poeta de América”.
Anna Akhmatova (Odessa (Ucrania), 23/06/1889 – 05/03/1966)
Poeta de gran influencia en la poesía rusa. Su famosa obra maestra Requiem (1935-1940) expone el terror estalinista.
Nació dentro de una familia pudiente, aunque no tuvo una infancia feliz. Anna comenzó a escribir a los 11 años. Al enterarse su padre de su interés por la poesía, ya adolescente, le dijo que no avergonzara a la familia convirtiéndose en una “ poeta decadente”. Así fue que la forzó a usar un seudónimo, para el que Anna escogió el segundo apellido de su bisabuela materna.
Anna estudió en la facultad de derecho de Kiev y 1910 se casó con el poeta y crítico Nicolai Gumilov. Poco después de la boda, Nicolai la dejó para cazar leones, luchar en la Primera Guerra y salir con las parisinas. Durante su ausencia Anna escribió su primer libro de poemas Evening, publicado en 1912, el año del nacimiento de su único hijo, Lev. Su libro fue aclamado y su poesía admirada por los poetas de la época. Cuando salió su segunda colección, Rosary, en 1914, volvió a ser aclamada por la crítica y se puso al frente del movimiento vanguardista contra el simbolismo en la escena literaria rusa. Miles de mujeres comenzaron a componer poemas “en honor a Akhmatova”.
En 1918, Anna se divorció de su marido, quien en 1921 fue ejecutado por actividades consideradas antisoviéticas. Anna volvió a casarse dos veces más, la última vez con un académico de arte quien murió en un campo estalinista de trabajos forzados. A partir de 1922, Akhmatova fue considerada por el régimen un “elemento burgués” y desde 1925 a 1940 se prohibió la publicación de su obra. Para ganarse la vida, Anna hacía traducciones y publicaba artículos en revistas académicas. La mayoría de sus amigos emigraron o sufrieron represión.
En Occidente se pensaba que estaba muerta, aunque se le permitió publicar una colección de poemas en 1940. Cuando Akhmatova regresó a Leningrado, luego de la evacuación del Asia Central en 1944, encontró “un terrible fantasma que se hace pasar por mi ciudad”. El ministro de cultura de Stalin la llamó en público “mitad puta, mitad monja”, prohibió la publicación de sus poemas e intentó expulsarla del Sindicato de Escritores.
Su hijo pasó su juventud en gulags estalinistas y Anna recurrió a publicar varios poemas elogiosos de Stalin para asegurarse de que fuera liberado.
Su trabajo circulaba de manera clandestina e incluso de boca en boca, por ser un símbolo de la herencia rusa oprimida.
Luego de la muerte de Stalin, la importancia del trabajo poético de Akhmatova fue reconocida a regañadientes, incluso por los oficiales del partido, y se publicó una edición censurada de su obra, aunque su obra Requiem nunca fue publicada en la Unión Soviética.
Akhmatova tuvo la oportunidad de volver a ver a sus conocidos de antes de la revolución en 1965, cuando se le permitió viajar a Sicilia e Inglaterra para recibir el premio Taormina y un doctorado honoris causa de la Universidad de Oxford. Su notoriedad aumentó luego de su muerte, y fue en su centenario que, Requiem, uno de los grandes pilares de la poesía del siglo XX, finalmente fue publicado en su tierra natal. En 1962 fue nominada al Premio Nobel de Literatura.