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ONGI ETORRI

Algunos mitos sobre la violencia de género

Abr 18, 2011

Os quiero poner dos entrevistas de dos personas que saben mucho de Violencia machista y de género: Miguel Llorente, health médico y uno de los primeros en hablar de dicha violencia y Inmaculada Montalbán, treatment jueza y vocal del Consejo General del Poder Judicial
Van las dos entrevistas casi completas, (excepto alguna pregunta y respuesta completa que he quitado para que no se alargara tanto y sabiendo que lo más importante sí que está), no obstante tenéis ambos enlaces por si queréis leerlas enteras.
Ambos destacan dos temas para mi fundamentales: la falta asunción por parte de la sociedad de que este es un problema mucho más serio de lo que nos tememos (y somos capaces de ver como nuestro «yerno» maltrata a nuestra hija, o como es maltratada una vecina o una amiga….sin hacer nada excepto decir que ellos lo arreglarán, que cada uno en su casa….) y por otro lado el ya masticado mito de las denuncias falsas, que está haciendo mucho daño porque se está dando a entender que hay muchas y eso es absolutamente cierto.
Yo, por mi parte, que no soy juez ni nada que se le parezca, castigaría con penas ejemplares los pocos casos de denuncias falsas que sí existen de mujeres y castigaría también a quienes hablan constantemente de ellas alegremente, denunciando que las hay sin datos, como apología de violencia de género.
Miguel Lorente: “Si fueran asesinados al año 70 taxistas, España estaría revolucionada”
Médico de profesión, Miguel Lorente (Serón, Almería, 1962) fue uno de los primeros expertos en hablar de violencia de género y, desde hace tres años, es el delegado del Gobierno en este ámbito.
Tras seis años, ¿qué balance hace de la ley contra la violencia de género?
Es complicado hacer un balance en pocas palabras, pero diré que estamos mejor que hace tres años, cuando hicimos el primero. Hemos avanzado en prevención, atención, protección y formación, y eso se ha traducido, a pesar de las víctimas mortales del último año, en más apoyo social a las mujeres para salir de la violencia. A finales de 2010, morían asesinadas un 6,2% menos que antes de la ley. Además, aunque aún estamos esperando el informe estadístico, sabemos que reivindicar el rechazo de los roles rígidos y tradicionales que las llevan a asumir determinadas funciones, ha permitido prevenir la violencia y reducir los homicidios, que es lo que más preocupa. Sin la norma, hablaríamos de 150 mujeres asesinadas al año, como ocurre en países de nuestro entorno.
Las estadísticas indican que al 016 llaman, sobre todo, mujeres. Da la sensación de que, a veces, ni las familias están concienciadas.
Esa es la clave, efectivamente. El agresor siempre cuenta con espacios para ejercer violencia porque la sociedad todavía no es lo suficientemente crítica con esas conductas de sometimiento que terminan en agresiones graves o mortales. Y voy a poner un ejemplo muy gráfico, el de un padre que el año pasado dijo a los medios de comunicación: “Sabíamos que la maltrataba, pero no pensábamos que la iba a matar”. Con estos casos, te das cuenta de la falta de concienciación que existe sobre la gravedad de que un hombre maltrate a una mujer. Ademas, según el CIS, el porcentaje de mujeres que considera grave la violencia de género es del 100%, frente a lo que ocurre con los hombres, y el 86% de las llamadas al 016 que hacen las personas que no son la víctima también son mujeres.
En Galicia, han descendido las órdenes de protección. La secretaria de Igualdade lo vincula a la crisis. ¿Está de acuerdo?
No, creo que la crisis tiene un efecto secundario. Los temas económicos son estresantes sociales, esto quiere decir que, como ocurre con el alcohol o las drogas, generan un impacto negativo sobre un problema que ya existe, pero no lo provocan, y, si decimos que inciden, podemos hacer que las mujeres no denuncien. Además, tenemos datos hasta el tercer trimestre de 2010 que indican que se produjo un incremento del 10,2% en el número de denuncias cuando la situación económica era más grave en 2009, luego no se puede decir que se den más casos por la recesión. Y lo mismo ocurre con el porcentaje de víctimas y agresores de los homicidios que estaba en desempleo, que era un 8% menor que en cualquier grupo de población que escojas.
Entonces, ¿qué influye?
Algo más grave: la campaña que se ha hecho, y que nos preocupa mucho, de que hay denuncias falsas. Con estas acusaciones se niega la violencia y se cuestiona la credibilidad de las mujeres, y eso se traduce en dos hechos: uno, que la mujer denuncie y no se siga adelante con la investigación aunque haya informes con lesiones y, dos, que no se le conceda una orden de protección porque, aunque se ve que existe violencia, no se considera grave y no se adopta esa medida.
¿Por qué hubo tanta polémica con la custodia de los agresores imputados?
Nunca entendimos la polémica porque si el artículo 92 del Código Civil ya contempla que un progenitor que está inmerso en un proceso de violencia de género, imputado formalmente, no solo denunciado, no puede ser beneficiario de la custodia compartida, ¿cómo va a tenerla solo?, que es lo que se reforma ahora. Es algo coherente con la patria potestad, que debe ejercerse en beneficio del menor. Y lo prudente es que haya un distanciamiento para recuperar al menor del efecto de la violencia y evitar que pueda ser utilizado para ejercerla sobre la madre.
El presidente del Gobierno pidió más implicación a los hombres el 8 de marzo.
Es que tienen que saber que quien genera este problema no son ellos, sino los hombres violentos, y no pueden sentirse atacados por las políticas de igualdad, que se dirigen contra los agresores. Pero también es muy importante que se den cuenta de que no hay neutralidad ante la violencia y de que tienen que implicarse. Muchos te dicen: “Es que yo no soy maltratador”. Pero no basta con no serlo, porque muchos agresores están usando a los hombres para presentarse dentro de la normalidad, camuflados entre ellos. Aquí, si no se está contra la violencia, de alguna manera se está a favor, porque es algo que ya existe, que está dentro de la convivencia de la sociedad. Y, si no hacemos todo lo que podemos para acabar con ella, estamos facilitando que continúe. Es muy importante que los hombres apoyen a las mujeres y sean ellos mismos los que denuncien. Permitir que un familiar o un amigo la ejerza no es camaradería, ni compañerismo. Lo que hay que facilitar es su reeducación.
¿Le queda todavía algo que sienta como su asignatura pendiente?
Sí, porque no hay ningún ámbito en el que se pueda decir que se ha dado una respuesta definitiva. Creo que lo prudente es seguir trabajando. Lo que pasa es que, a veces, por distintas circunstancias y no por un error o falta de implicación, como se dice, el propio sistema no puede llegar a todos los lugares en los que se produce la violencia, que se da en ámbitos privados. Eso solo se modifica a través de la concienciación. Tenemos los recursos: la prisión provisional, la pulsera GPS, la acción policial, la teleasistencia, la implicación del entorno, el tratamiento de la víctima o la reeducación del maltratador, pero, insisto, hay que aplicarlos. Además, tenemos que adaptar nuestra respuesta a los cambios de la sociedad: ahora las mujeres asesinadas son de más edad y la extrajeras suponen porcentaje mayor, por ejemplo.
¿Habrá una revisión de la ley?
No, solo estamos haciendo balance. El factor clave aquí es la conciencia social porque los recursos que tenemos no van a acabar con la violencia estructural, cuando hay actitudes que tienden a justificarla. Un dato muy gráfico. A causa del terrorismo de ETA, han muerto en España y Francia desde junio del 68 una media de 17,1 personas al año, cuando la media anual de mujeres asesinadas por la violencia de género es de 68,1. Es clara la diferencia entre un problema y otro y, en cambio, la sociedad los percibe también de manera distinta. En los últimos cinco años, ETA ha matado a doce personas, la violencia de género a 345 mujeres, y, si hay una manifestación de jóvenes por cualquier cosa se identifica con kale borroca; unas declaraciones de un político, con enaltecimiento del terrorismo, una agrupación que intenta presentarse a unas elecciones con un vínculo con el terrorismo, se ilegaliza…
¿Se cree que la violencia de género no afecta a toda la sociedad?
Efectivamente. Todo el mundo piensa que puede ser víctima del terrorismo si le pilla un explosivo, mientras que la violencia de género es estructural y se piensa que solo le afecta a las mujeres y, desde esa posición, a las que no cumplen con su rol tradicional de esposa, madre y ama de casa.
También es cierto que el Gobierno se implicó mucho antes con el problema del terrorismo.
Claro, pero es que ya no tenemos que recorrer el mismo espacio porque hemos aprendido la lección. La violencia de género existe porque hay espacio para ello. El resultado es objetivo: Si en España, en lugar de 70 mujeres, fueran asesinados al año 70 taxistas, médicos o joyeros… el país estaría revolucionado respecto a la cuestión de la inseguridad, pero la vida de 70 mujeres no produce la misma reacción crítica y este tipo de homicidios se repiten con justificación y minimización. Todavía hay muchas miradas que se desvían cuando se acercan a la violencia de género, profesionales que no responden de forma adecuada y familias que creen que es una cuestión que debe resolverse dentro de la relación. Todo ese cambio es el que necesitamos y lo vamos a conseguir sin emplear tanto tiempo.
http://www.xornal.com/artigo/2011/03/20/sociedad/miguel-lorente-fueran-asesinados-ano-taxistas-espana-estaria-revolucionada/2011032000381200669.html

«El falso mito de que la mujer denuncia sin razón dificulta la lucha contra la violencia de género»
Se confiesa fundamentalmente jueza. Inmaculada Montalbán, vocal del Consejo General del Poder Judicial, es una mujer menuda que pilota el Observatorio contra la Violencia de Género con un objetivo: combatir los malos tratos y desmontar el «falso mito de las denuncias falsas».
– Los avances en esta materia son indudables, pero también las críticas han arreciado respecto a que el exceso de celo en la protección de las mujeres ha provocado indefensión en el hombre…
– Hay que tener muy claro que en modo alguno los derechos de los denunciados por malos tratos se han rebajado en absoluto. No se han movido ni un ápice los derechos y garantías de los imputados en esta materia, nada. Tienen la misma presunción de inocencia, los mismos derechos que en cualquier otro ámbito. Nuestros jueces están muy bien formados y tienen un celo escrupuloso para que se cumplan esos derechos. La única diferencia de ahora es que antes la víctima no estaba presente en el juicio, ahora sí, está en el proceso y está porque ha habido un interés del Estado en fortalecer sus derechos, informarle y que los pueda ejercitar. La ley integral creó los fiscales especializados que se ocupan de tener esa relación directa con la víctima y hacer que sus derechos aparezcan en el proceso, es la única diferencia. El principio de presunción de inocencia en este ámbito actúa como en cualquier otro, la prueba la tenemos en las sentencias absolutorias, en los sobreseimientos y archivos que algunas veces interesadamente se quieren identificar con denuncias falsas.
– Desde algunos sectores de la judicatura se reclama que la medida de alejamiento, asociada a cualquier condena por malos tratos, deje de ser obligatoria.
– La práctica nos ha demostrado que sería conveniente una reforma legal, porque hay casos concretos donde la pena de alejamiento impuesta de manera obligatoria está produciendo disfunciones. Algunas parejas deciden reanudar la convivencia y esa medida produce entonces una distorsión porque puede ser que esa pena se haya dictado en un momento puntual, en un supuesto de violencia leve. Desde el Observatorio y un grupo de expertos se dice que habría que modificar la ley para que un juez pudiera apreciar las circunstancias de cada caso concreto y que en los leves tenga la posibilidad de no imponer el alejamiento. Eso son mejoras técnicas puntuales de la ley y para eso siempre estamos atentos.
– El nivel de renuncia es bastante alto, en La Rioja ronda el 20%.
– Las renuncias al proceso tienen varias causas, fundamentalmente pueden obedecer a que la mujer todavía no ha roto la dependencia emocional, psicológica e incluso económica del denunciado. Puede obedecer también a que tiene miedo a qué va a pasar con ella, qué va a pasar con sus hijos y puede obedecer también a que se canse de la burocracia judicial, que el proceso le resulte insoportable y entonces renuncie. ¿Qué se puede hacer? Fundamentalmente fortalecer a la mujer antes de llegar al proceso. Creemos que es muy importante que antes de la denuncia las mujeres acudan a los servicios asistenciales para asesorarse y una vez que consigan la información suficiente, cuando se vean con fuerzas, proceder a la denuncia. Denunciar es un paso muy, muy difícil para una mujer. Una mujer antes de denunciar lleva noches sin dormir, pensando que será de ella, qué será de sus hijos, porque en definitiva toda la vida que ella pensaba que iba a estar al lado de quien creía que era su pareja se ha roto. Ya no es lo que ella pensaba y es un cambio radical.
– ¿Cuáles cree que son los obstáculos con los que topa hoy la violencia de género?
– Uno es la dificultad en la obtención de prueba en el ámbito judicial. No olvidemos que más del 70% de violencia se produce dentro de los domicilios, la consecuencia es que no hay testigos y es más difícil probarlo ante los tribunales. Otro obstáculo es la dependencia emocional o psicológica respecto del agresor que hace que aparezcan las renuncias, los perdones, las retractaciones. Otro obstáculo es cuestionar la credibilidad de las mujeres a través del falso mito de las denuncias falsas, que se dirige fundamentalmente a reproducir otra vez que las mujeres son mentirosas por sistema y que van a los juzgados porque caprichosamente quieren hacer daño al marido. Los datos que se han tenido que recopilar al respecto de esta serie de mitos demuestran una y otra vez que no es cierto. Un grupo de magistrados del CGPJ realizó un estudio de 530 sentencias y sólo una decía que habría motivo para investigar si la mujer había denunciado falsamente. Ni siquiera hubo condena por denuncia falsa.
http://www.larioja.com/v/20110320/rioja-region/falso-mito-mujer-denuncia-20110320.html