Dos nuevos casos de violencia machista han sucedido en el Estado español esta semana. Aparte de las dos mujeres, también los dos presuntos asesinos se han suicidado el mismo día, ayer día 16 de diciembre. Ambos eran expareja de las mujeres muertas.
El primer caso ocurrió en día 15 de diciembre, en Boadilla del Monte (Madrid). María Piedad G.R., de 30 años, desapareció el pasado domingo día 12, tras haber salido de una cena común de empresa siendo acompañado por su exnovio, Javier S. T., de 38 años, que se ofreció a llevarla a casa. El hombre llevaba desaparecido también desde el lunes y ayer día 16 el cadáver del exnovio apareció ahorcado de un poste de la luz en la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial. Todavía no se ha encontrado a María Piedad pero el vehículo de él apareció en Fuenlabrada con manchas de sangre en su interior pro lo que se teme que la asesinó y posteriormente se suicidó. Eran padres de un bebé de 8 meses.
El segundo caso sucedió el día 16 en Badajoz. Ella tenía 44 años y recibió varios disparos de su expareja, de unos 59 años. Posteriormente el presunto agresor se tiró desde la ventana de la vivienda al patio interior, muriendo en el acto. Tenían una hija en común de unos 8 años y él esperó a que ella la dejara en el colegio para cometer el crimen a su vuelta. Según algunos vecinos, al menos dos veces hubo de ser auxiliada la mujer en el último mes y parece ser que él tenía una orden de alejamiento en vigor que el pasado septiembre se había reducido de ‘riesgo medio’ a ‘riesgo no apreciado’.
Con estas dos mujeres serían ya 82 las mujeres asesinadas en lo que va de año por sus compañeros o excompañeros incluidas TRECE que la Dirección de Igualdad no cuenta por haber desaparecido o fallecido en 2005 o 2009 aunque sus cuerpos se encontraron este año (4), porque otra ejercía la prostitución y no era pareja “oficial” (1), porque otra era la madre de la pareja a quien iba a matar en realidad (1), por estar en investigación todavía al no haber sido detenido el sospechoso (4), por ser turista (1) o por no haberse determinado con fiabilidad que existía una relación sentimental más que de amistad simplemente (2)). Siguiendo la campaña UNA POR UNA esta entrada TRES POR UNA visibiliza una vez más a mujeres de los siglos anteriores al siglo XX, desconocidas por el público en general probablemente por su condición de mujer. Esta vez dos escritoras del siglo de Oro español, una época que comprende desde Nebrija (1492) hasta Calderón de la Barca (1681). En esa época hubo gramnde escritores reconocidos, todos varones (Cervantes, Quevedo, Lope de Vega, Góngora, Calderón, Gracián….. ) pero…¿cuántas mujeres conocemos de esa época? (quizá justo podamos citar a Santa Teresa de Jesús). Pero si buceamos en ello sí que hay muchas, menos reconocidas pero algunas con muchísima calidad: la Latina, Luisa Sigea, Ángela Zapata, Isabel Poya, sor Romera, Valentina Pinelo, Laurencia Méndez Zurita, Lucía Medrano, María de Mendoza, Luisa Morella, Luisa Manrique de Lara, condesa de Paredes; Catalina de Paz, Paula Vicencio, Beatriz de Castro y Virués, María Téllez, Esperanza de Claramonte, Mariana Calvajal, María de Peralta, Ana de Ossorio, Luisa Zapata, Jerónima Fajardo, Graida Grimau, Luisa de Silva, Lucía Salicia, Isabel María Losa, Ángela Montena, María Sabiote, Clara de Barrionuevo, María de Urrea, Magdalena de Bovadilla, Isabel de Ribadeneira, Ana de Zuazo, Catalina de Solís, Margarita de Noronza, Juana de Contreras, Juliana Morell, Jerónima Ribot, Catalina Trillo, Leonor de Meneses, Cecilia Morillas, Catalina de Estella, Isabel de Rosales… Hoy visibilizamos a dos de ellas, las mismas que las que han sucumbido a la violencia machista estos dos días pasados. (podéis ver otro listado en el siguiente enlace)
Beatriz Galindo “ “la Latina” (Salamanca, c. 1465 – Madrid, 23 de noviembre de 1534)
Fue escritora y humanista, preceptora de la reina Isabel la Católica y sus hijos, que vivió entre los siglos XV y XVI. Como miembro de una familia antaño de gran poder, pero venida a menos, su destino estaba fijado en el convento. Pero sus dotes para el latín y la escritura, que cultivó en Salamanca, hicieron de ella famosa portadora de saberes. Cuentan que a los quince años era capaz de emplear el latín de forma sublime y, en pocos años, su labor a la hora de traducir clásicos le valió el sobrenombre ya citado. De su relación con la Corte surgieron fundaciones de hospitales y conventos, además de ser tenida en cuenta su opinión en los consejos. No sólo cultivó el estudio de las letras, sino que igualmente, y como hija de su época, se dedicó a estudios teológicos y, lo que es menos corriente, a temas médicos. La huella de su existencia persiste hoy en un barrio de Madrid donde vivió: La Latina, donde Beatriz fundó un hospital en 1499.
Juliana Morell (Barcelona, 16 de febrero de 1594 – Aviñón, 26 de junio de 1653)
Fue un caso excepcional de prodigio en las letras, poco reconocida a pesar de todo. En su tiempo fue tomada como la más extraordinaria muestra de sapiencia precoz jamás conocido, pues aprendió a leer y escribir a los cuatro años con monjes dominicos barceloneses quienes, pasmados, afirmaron que no eran capaces de enseñar nada nuevo a la pequeña. Sus progresos no quedaron ahí, con seis o siete años aprendió griego y latín, además de hebreo. Doblando esa edad pudo dominar el francés, italiano e incluso el árabe. En ese tiempo llegó a manejarse con soltura en catorce idiomas, estudiaba filosofía, astronomía, física, derecho y música y, fruto de un desdichado lío en el que cayó su padre, famoso banquero, cuando ella apenas tenía ocho años, se vio obligada a viajar a Francia huyendo, lo que curiosamente permitió a la prodigiosa criatura ser cultivada en grandes centros del saber de esa tierra. Fue allí donde defendió una serie de tesis y logró en Aviñón en 1608 el grado de doctora summa cum laude. Al poco entró al servicio religioso y, como en todo lo que emprendió, alcanzó con rapidez grandes logros, pues en pocos años pasó de novicia a priora de un convento.
La alaban Lope de Vega en la segunda silva de su Laurel de Apolo y Benito Jerónimo Feijoo entre otros muchos. Se cuenta con una biografía de esta escritora, más bien una hagiografía, por parte de Gabriela de Vellay, escrita en 1662.