Septiembre está rompiendo la esperanza que nos dio el mes de agosto, allergist donde sólo una mujer fue asesinada, price viagra a pesar de que dicho mes es estadísticamente fatal generalmente. La cruda realidad, generic la peor de las realidades, se ha hecho patente: en septiembre ya han sido asesinadas 4 mujeres.
A poco rato de haber escrito la entrada anterior recordando las últimas cinco mujeres muertas (tres de ellas por violencia machista contrastada), me enteraba que había sido asesinada a martillazos una nueva mujer; y ayer martes, otra más era degollada por su expareja:
10 de septiembre, en Roquetas de Mar (Almería): Una mujer de 39 años llamada Damiana M. era asesinada a martillazos por su expareja, A.C., de 50 años que la abandonó al lado de un invernadero y posteriormente se fue a su domicilio donde se suicidó. Ella tenía 3 hijos de un anterior matrimonio.
Ayer mismo 14 de septiembre, en Oviedo, Johana Elizabeth Toaza, de 27 años, fue hallada degollada en su domicilio por su actual pareja, J.G.M., de 27 años también. La policía finalmente ha podido detener al presunto asesino.
En estos dos casos se da una circunstancia similar que me preocupa por haberlo visto ya anteriormente: la discrepancia que, según los medios de comunicación, hay entre si existían denuncias previas o no. En el caso Almeriense he podido leer por ejemplo que “el Instituto Andaluz de la Mujer dice que no había denunciado anteriormente ser víctima de malos tratos», y en otros lugares cosas como que , “según la Guardia Civil, el presunto asesino tenía antecedentes policiales por violencia machista hacia su esposa, quien llegó a denunciarle en varias ocasiones”. Incluso que la Asociación de Ciudadanos de Guinea-Bissau en Roquetas aseguraba que “acababa de salir de la cárcel por este motivo”. En el caso de Oviedo son los propios titulares los que generan la confusión. Un titular dice: “ El Instituto Asturiano de la Mujer, el Ayuntamiento de Oviedo y la Delegación del Gobierno en Asturias han expresado que no había denunciado a su agresor anteriormente” y otro titular “Según fuentes policiales había formulado una única denuncia contra su actual pareja por una agresión con lesiones el 7 de junio de 2008”, (en otro medio comentaban que también contra su exmarido anterior había interpuesto denuncias por malos tratos en 2006 y 2007).
¿Alguien me explica esta discrepancia o debo pensar mal del Ministerio o de las fuentes policiales?
Con estas 2 mujeres asesinadas serían ya 58 las mujeres asesinadas en lo que va de año por sus compañeros o excompañeros (incluidas DIEZ que el Ministerio de Igualdad no cuenta por haber desaparecido o fallecido en 2009 aunque sus cuerpos se encontraron este año (2), porque otra ejercía la prostitución y no era pareja “oficial” (1), porque otra era la madre de la pareja a quien iba a matar en realidad (1), por estar en investigación (3), por ser turistas (1) o por no haberse determinado con fiabilidad que existía una relación sentimental más que de amistad simplemente (2)). Siguiendo la campaña UNA POR UNA esta entrada TRES POR UNA visibiliza una vez más a mujeres de los siglos anteriores al siglo XX, desconocidas por el público en general probablemente por su condición de mujer, pero tan importantes como cualquier premio nobel, varón, de las mismas épocas. No deben caer en el olvido tampoco. Esta vez dos «Ladys», dos mujeres británicas de alta cuna pero aventureras hasta la médula, algo muy inusual en esos años, donde las mujeres aristocráticas se dedicaban a gobernar sus fincas, ir de pic-nic o cacería… y ser «esposa de». (podéis ver otro listado en el siguiente enlace)
En este caso también ambos resúmenes de biografías están sacados de un libro de CARLOS CÉSAR ÁLVAREZ titulado “Mujeres singulares” y que puede adquirirse en la web en el siguiente enlace: http://ccalvarez.bubok.com/
LADY MARY Wortley MONTAGU (Londres, 1689-1762)
Una miembro atípica de la aristocracia británica. Aprendió por su cuenta en los libros de la biblioteca familiar. Fue amiga de Mary Astell, considerada como “la primera feminista inglesa”.
Su propia boda fue de libro de aventuras: tras una relación epistolar con Edward Wortley Montagu, el padre de Mary lo rechazó por razones de tipo económico. Entonces Mary y Edward se fugaron primero a Inglaterra, donde Edward era miembro del parlamento de Westminster y luego, en 1716, a Turquía, donde fue nombrado embajador. Este primer viaje lo plasma Mary en las llamdas «Turkish Embassy Letters, en las que, sin prejuicios, profundiza en las interioridades de la sociedad turca, en especial de sus mujeres. Estas cartas se consideran a menudo como fuente de inspiración de posteriores escritoras viajeras, así como muy influyentes en el arte europeo de aire orientalista e incluso parece que Ingres se inspiró en ellas para su famoso cuadro «El baño turco».
Por ejemplo, respecto a los harenes, sorprende su lógica en la época: según ella, las mujeres de los harenes turcos tienen más libertad (incluida la sexual) que las damas de la encorsetada sociedad británica. Sobre la imposición del velo, hoy tan de moda, asegura que tiene la ventaja de que las turcas pueden ir por la calle de incógnito y eso les permite acudir a las citas con los amantes sin ser reconocidas por sus maridos:
«Ya puedes imaginar que esto las disfraza eficazmente, de modo que no hay forma de distinguir a la gran señora de su esclava. Es imposible para el más celoso de los maridos reconocer a su esposa cuando se la encuentra y ningún hombre se atreve a tocar o a perseguir a una mujer en la calle”. “Esta permanente mascarada les da completa libertad para seguir sus inclinaciones sin peligro de ser descubiertas. El método más usual de intriga amorosa es enviar una cita al amante para encontrarse con la señora en la tienda de un judío…» «Las grandes damas raramente dejan a sus galanes saber quiénes son y es tan difícil descubrirlas que pueden estar haciendo conjeturas sobre su nombre incluso después de estar más de medio año con ellas. Puedes imaginar fácilmente el número tan pequeño de esposas fieles en un país en donde no tienen nada que temer de la indiscreción de un amante; así vemos que muchas tienen el valor de correr el riesgo en este mundo y las amenazas de castigo en el siguiente, que nunca se les predica a las jóvenes turcas……. En líneas generales, veo a las mujeres turcas como las únicas personas libres del imperio…” (Carta XXIX. A la Condesa de —-. Adrianópolis, Abril 1. O. S. 1717)
En Turquía, Lady Mary conoció la práctica de la inoculación contra la enfermedad, es decir, la vacuna. Mary hizo inocular a sus propios hijos y a su regreso a Gran Bretaña trató de introducir en Europa esta práctica, encontrando un gran número de prejuicios entre médicos y científicos, lo que hizo retrasar sesenta años la adopción de la vacuna en occidente. En 1739 dejó a su marido y regresó al extranjero. Mary residió sucesivamente en Florencia, Avignon, Brescia, Lovere…. Una dolorosa enfermedad de la piel la dejó desfigurada y le causó grandes dolores. Regresó a Londres, donde falleció en 1762. Se dice que sus últimas palabras fueron: “Ha sido todo de lo más
interesante”.
LADY HESTER Lucy STANHOPE (1776-1839)
Era la sobrina del primer ministro británico William Pitt, huérfana de madre desde los 4 años. Estuvo al frente de la casa de su tío -ya que éste era un solterón-, haciendo las veces de anfitriona y recibiendo a sus numerosos invitados por lo que adquirió fama en la alta sociedad británica de ser una excelente relaciones públicas. Cuando Pitt falleció repentinamente, Lady Hester pasó a percibir una pensión vitalicia y ahí empezó su aventura: Tras la muerte de su hermano, se trasladó a vivir a Gales y, según algunas fuentes, fue una decepción amorosa la causa de que a los 33 años emprendiera su primer viaje en barco a Grecia. Ya nunca más volvería a Inglaterra. Después de Atenas fue a Constantinopla y desde allí emprendió viaje a El Cairo, pero el barco naufragó en una tempestad y fue a parar a la isla de Rodas. Lady Hester había perdido todas sus ropas y allí la ofrecieron vestidos de mujer turca, pero dicho atuendo incluía el velo y ella se negó a usarlo y decidió vestirse de hombre, con chilaba, turbante y babuchas. La experiencia le gustó y al llegar a El Cairo adquirió una indumentaria masculina con la que se vestiría en muchas ocasiones. Se negó a llevar velo incluso en Damasco, ciudad «integrista» en esa época, jugándose el físico, a caballo y vestida de hombre. Luego fue a Jerusalén donde era recibida con honores en muchas ocasiones. Atravesó e desierto al frente de una caravana de camellos y llegó a la ciudad de Palmira en 1813. Allí fue recibida como si fuese la reencarnación de Zenobia, una mítica reina de la ciudad.
En esa época empezó a decir que había escuchado varias profecías que la señalaban como predestinada para ser la prometida de un nuevo mesías. Eese rumor le hizo ganarse el respeto de las gentes de la zona, que empezaron a llamarla Reina Hester. Ya cansada, se asentó en el monasterio abandonado de Mar Elías, cerca de Sidón, en Líbano, donde organizó su propia vivienda al estilo turco con un jardín.
Su autoridad se expandió por los territorios circundantes y adquirió suficiente poder como para que el emir Ibrahim Pachá solicitara su neutralidad antes de invadir Siria en 1832. Había logrado convertirse en poco menos que una jefa de estado y los beduinos creían que ella poseía extraños poderes.
Organizó una expedición para encontrar un famoso tesoro y al fracasar la búsqueda, se encontró llena de deudas. Esto, unido a la muerte de su mejor amiga la sumieron en una gran depresión y decidió trasladarse a otro monasterio todavía más lejano, en Djoun donde terminó aurrinándose.
Enferma y con el carácter agriado, desarrolló diversas manías, como recibir a las visitas en la oscuridad, afeitarse la cabeza y vivir rodeada de cuarenta gatos. Falleció el 23 de junio de 1839 en una casa repleta de cosas, lo que hoy llamaríamos como «Síndrome de Diógenes».
Algunos años después de su muerte se publicaron tres volúmenes con la biografía de Lady Hester Stanhope, escritos en 1845 por su médico el Dr. Charles Meryon, que la había acompañado en muchos de sus viajes.