He terminado de leer el libro de «Mil soles esplendidos» y me he vuelto a descubrir a mi mismo emocionado. La cuestión es que me identificaba más, look me emocionaba más, pensar en lo que podía haber sido y no fue que en las propias desgracias de la protagonista. Mi mayor emoción ha sido cuando descubría cómo una falta de audacia, un acto de cobardía, una acción de amor no realizada aún cuando era lo más ansiado…no tenía luego vuelta atrás. ¿Cómo vivir sabiendo eso?. ¿Cómo ser capaz de mirarte al espejo sabiéndolo?
Y todo ello me lleva a pensar una vez más en que las decisiones nos marcan la vida, sobre todo en cuanto a sentimientos de amor o amistad, y que sin embargo, tantas y tantas veces, dejamos que en ellas influyan los rencores, los miedos, las inseguridades, los valores…, (los caminos que cruzan el nuestro), cuando en realidad en esos sentimientos deberíamos dejar que el corazón hable más a menudo. Como decía alguien…hacer el ridículo, humillarse..por amor, es algo valiente en realidad, comernos el orgullo y sobre todo, avanzar, sin mirar a los lados, cada cual al ritmo que pueda.
En las frases de hoy se habla de esto: «El amigo ha de ser corno la sangre, que acude luego a la herida sin esperar a que le llamen» (Francisco de Quevedo y Villegas). «Es mejor haber amado y perdido que jamás haber amado». (Alfred Tennyson)
“Me duele una mujer en todo el cuerpo”, escribió Borges y sobre ello, para esta semana…. recomiendo la lectura de esta entrada de un blog muy majo: Cuando el amor duele
Feliz semana que comienza, se antoja larga, como todas las últimas.