La anterior noticia hablaba de una mujer asesinada por violencia machista y esta vuelve otra vez a quemarnos los ojos con la misma sangría:
Ayer sábado por la tarde, una mujer de 35 años murió a manos presuntamente de su ex marido, de 38 años, que fue detenido poco después tras entregarse él mismo a los vigilantes de un supermercado cercano. Por lo visto, el hombre se presentó en casa de su exmujer y se inició una discusión y enun momento dado él sacó un cuchillo y se lo clavó a su ex compañera, propinándole dos heridas graves, una a la altura del cuello y otra cerca del pecho. La víctimafue auxiliada en un primer momento pero falleció instantes después en el portal el domicilio.
No habían pasado ni 24 horas cuando esta misma mañana se conoció que Cecilia Natalia Coria Olivares, de 25 años fue apuñalada hasta en 15 ocasiones por su ex pareja, un joven de 29 años, en la localidad malagueña de Nerja, tras lo cual ha sido detenido el presunto autor de la agresión que tenía una orden de alejamiento de ella dictada por la autoridad judicial.
Con estas dos mujers son ya 58 las mujeres asesinadas en lo que va de año por sus compañeros o excompañeros (se incluyen una decena de ellas que no son computadas todavía como violencia machista por el Ministerio de Igualdad por seguir en investigación o por no poderse probar el asesinato al haber sido muertes atribuidas a causas naturales tras una discusión, suicidios de mujeres acosadas, etc). Siguiendo la campaña UNA POR UNA esta entrada TRES POR UNA visibiliza a dos mujeres, de muy distintas épocas, unaguerrera, otra pionera, ambas con un carácter impresionante .. (podéis ver otro listado en el siguiente enlace)
Boadicea / Boudica (aprox. el año 30 en la tierra de los iceni, que pertenecían a la cultura celta, en Gran Bretaña)
Su nombre significa «victoria». Roma había invadido Gran Bretaña con Julio César (años 55 y 54 a. C.) y en el último ataque logró la sumisión de seis poderosas tribus, entre las que se encontraban los iceni.
Los iceni lograron una independencia casi total, pagaban tributo al Imperio Romano y no eran molestados por nadie. Su rey era Prasutagus, quien en el año 48 o 49 se casó con Boadicea, de manera que ella se convirtió en la reina de este pueblo celta.
Cuando Prasutagus murió en el año 60, una parte de su herencia se destinó a sus hijas, para asegurar su dote, y el resto -según el convenio con Roma- lo dejó al emperador, quien en ese momento era Nerón. Boadicea quedó como reina regente y guardiana de la herencia de sus hijas. Sin embargo los romanos no aceptaron la herencia de Prasutagus, pues deseaban la totalidad de sus bienes incluyendo sus tierras, por eso, a los pocos días de la muerte del rey, los enviados del procurador romano en Britania, Catus Decianus, atacaron a los iceni con soldados romanos, expulsaron a sus nobles de sus tierras, humillaron a sus familias y los vendieron como esclavos. Tras apropiarse de las riquezas de los iceni, los romanos exigieron el «pago» de las deudas para con la corte romana. Los iceni no pudieron pagar las exigencias de sus conquistadores. Boadicea fue tomada como responsable de las cuentas, y los romanos desearon poner un ejemplo con ella. Fue desnudada en público y flagelada, y sus dos hijas fueron violadas por los legionarios.
Tras este ataque, Boadicea recobró a sus hijas y regresó con su gente. Humillada y furiosa, convocó a la guerra a todos lo que quisieran unirse a ella. La noticia de la desgracia de los iceni se difundió rápidamente, y muchas tribus rebeldes que estaban dispersadas y divididas por viejas rencillas, se alistaron bajo su mando. Logró reunir a más de cien mil guerreros, hombres y mujeres que habían sufrido bajo la dominación romana y, junto a rebeldes locales, atacó la colonia de oficiales imperiales en Camulodunum. Algunos romanos lograron escapar y dar la voz de alarma en Londinium (actual Londres) y enviaron refuerzos en muy bajo número que fueron arrasados por las tropas de Boadicea y logrando finalmente arrasar y asesinar Camulodunum matando a sus habitantes.
Acudió la IX Legión Hispana con 5000 hombres pero también fueron emboscados y destruidos. Boadicea emprendió entonces su marcha hacia Londinium. Antes las noticias, el procurador londinense huyó con su personal y el ejército de Boadicea entró sin gran resistencia, capturando y asesinando a nobles romanos y destruyendo la ciudad.
Siguió su marcha Boadicea arrasando nuevas ciudades y finalmente se enfrentó al gobernador Suetonius, militar con mucha experiencia y con su legiones y sus estrategias consiguieron diezmar al ejército comandado por Boadicea.
Aunque Boadicea pudo escapar, finalmente, sabiendo que ocurriría con ella si era capturada, puso fin a su propia vida por medio del veneno.
Amelia Earhart (Kansas, 1897 – Océano pacifico, 1937)
Vivió parte de su niñez con su abuelo materno Alfred Otis, adinerado ciudadano de Atchison y su primer avión lo vio a los 10 años de edad, en la Feria Estatal de Iowa. El padre, Edwin, empezó a beber y ello fue causa del despido del trabajo y de la separación del matrimonio. Amy, la madre, y Amelia y sus hermanas se fueron a vivir a Chicago con unos amigos de la familia. Tras varios intentos frustrados por razones económicas, en 1919 por fin Amelia se alistó para estudiar medicina en la Universidad de Columbia, en Nueva York, pero solo estuvo un semestre ya que lo dejó y regresó al lado de sus padres, que se habían reconciliado poco tiempo antes y vivían en California. En 1920 asistieron a una exhibición aérea en Long Beach y al día siguiente tuvo la oportunidad de volar por primera vez, en un paseo aéreo de 10 minutos sobre Los Angeles. En enero de 1921 comenzó a tomar lecciones con la pionera de aviación Anita «Neta» Snook y seis meses después Amelia compró su primer avión: un Kinner Airster de segunda mano, que bautizó como «Canary», poco tiempo después estableció el récord de altitud para una mujer: 14.000 pies.
En 1924 se trasladó a vivir a Boston, donde consiguió como asistente social aunque sin dejar la aviación donde ya era muy conocida.
El 27 de abril de 1928 su vida iba a cambiar para siempre. Recibió una llamada telefónica de H. H. Railey que le preguntó: «¿qué te parecería ser la primera mujer en volar a través del Atlántico?» Railey había recibido el encargo por parte de George Palmer, un editor de Nueva York, para encontrar una mujer que hiciera el vuelo transatlántico. Ninguna mujer hasta entonces había volado a través del Atlántico. Una semana después, Amelia se reunió con George Putnam en Nueva York y fue seleccionada para dicho viaje (en realidad ella sería sólo una pasajera en esta ocasión ya que no tenía ninguna experiencia de vuelo con aviones multimotor ni con instrumentos de navegación, siendo los pilotos Wilmer Stultz y Louis Gordon, aunque Amelia tendría el título oficial de «comandante» del vuelo).
Este vuelo lo realizaron el 18 de junio de 1928 desde Trepassey, en Terranova,a Burry Port (País de Gales), en 20 horas y 40 minutos. Su vuelo fue portada mundial y al regresar a Estados Unidos fueron recibidos con un desfile en Nueva York y una recepción con el presidente Calvin Coolidge en la Casa Blanca. (aunque ella solo fue en realidad una pasajera, sin embargo la prensa se interesó más por ella que por los otros dos pilotos y su vida cambió completamente ya que era muy solicitada para participar en conferencias y se hizo muy famosa (audada pro el editos, que lo mantenía así por beneficio editorial), e incluso público un libro titulado «20 horas, 40 minutos», ampliamente publicitado. Ese mismo año se convirtió en la primera mujer en hacer un vuelo transcontinental, al cruzar Estados Unidos desde Nueva York hasta Los Angeles (ida y vuelta).
En 1929 adquirió un avión Lockheed Vega y compitió con él en la primera edición del Women’s Air Derby, una carrera desde Los Angeles hasta Cleveland, que finalizó en tercera posición. En 1930 rompió varios récords de velocidad en la categoría femenina con su Lockheed Vega, dejando el récord en 181.18 mph. También ese año Amelia volvía a estar de nuevo en las portadas de los periodicos, ya que estableció un nuevo récord del altitud para una mujer, con 18.415 pies. El récord no lo hizo con un avión, sino con un autogiro que el editor y ahora esposo George Putnam le había regalado por su boda.
El verdadero reto de Amelia era cruzar, esta vez como piloto y en solitario, el Atlántico así que el 20 de mayo de 1932 el Lockheed Vega modificado de Amelia emprendió su viaje. Algo desviada de la ruta prevista, finalmente aterrizó en un campo abierto cerca de Londonderry, en Irlanda del Norte. El viaje había durado 14 horas y 56 minutos. Amelia fue considerada una heroína y fue condecorada por el presidente Roosevelt con la Medalla de Oro de la National Geographic Society. Fue también nombrada Mujer del Año, distinción que aceptó en nombre de «todas las mujeres».
Siempre quería más, y en otoño de 1934, Amelia hizo saber cual sería su próximo desafío: un vuelo transpacífico, de Hawaii a California. Diez pilotos habían perdido la vida intentando esta hazaña. Nadie lo había conseguido, ni hombres ni mujeres. Partió de Honolulú el 11 de enero de 1935 y aterrizó en Oakland, California, 17 horas y 7 minutos más tarde, después de recorrer 2.408 millas. En Oackland fue recibida por miles de fans entusiasmados.
El siguiente paso fue un vuelo alrededor del mundo, en la que debía ser su mayor proeza. El Lockheed Electra 10E fue el avión escogido para este vuelo. Sería la primera mujer en dar la vuelta al mundo y además lo haría recorriendo la distancia más larga posible, es decir circunnavegando el planeta cerca del ecuador aunque a medio camino hubieron de cambiar la ruta por problemas técnicos. Salieron desde Oackland el 17 de marzo de 1937, y aterrizaron sin contratiempos en Honolulu. El 1 de junio de 1937, Amelia y su navegante Fred Noonan salieron de Miami para cumplir la segunda parte. El vuelo desde Assab (Etiopía) hasta Karachi (Pakistán), de 1.627 millas, fué otra primicia. Nadie antes había volado sin escalas desde el Mar Rojo hasta la India.
Llegaron a Lae (Nueva Guinea), el 29 de junio. Hasta este punto, habían volado 22.000 millas y les quedaban 7.000 más por recorrer, todas sobre el Pacífico. Amelia envió su último artículo por cable al Herald Tribune. El Electra abandonó Lae a las 00:00 horas GMTdel 2 de julio, con destino a las Islas Howland, la etapa más larga del viaje, con 2.224 millas. Era el récord absoluto de distancia recorrida sobre el mar. Se cree que el Electra fué cargado con unos 1.000 galones de combustible, que permitían una autonomía de vuelo de 20 a 21 horas. A las 07:20 GMT, Amelia transmitió una comunicación ubicando su posición a unas 20 millas al suroeste de las islas Nukumanu. El último reporte del estado del tiempo que se sabe que Amelia recibió, fué antes del despegue. El viento había aumentado su intensidad 10 ó 12 millas por hora desde entonces, pero no se sabe si ella recibió esta información. A las 20:14 GMT el Itasca recibió la última transmisión de voz de Amelia proporcionando datos de su posición. El Itasca continuó transmitiendo en todas las frecuencias hasta las 21:30 GMT, cuando determinaron que el combustible ya debió agotarse y que por lo tanto en el mejor de los casos debían haber amarizado. Se iniciaron los procedimientos de búsqueda.
Se ha determinado que el avión cayó a una distancia de entre 35 y 100 millas de las costas de las islas Howland. A bordo de la aeronave llevaban una balsa salvavidas, pero nunca se encontró ningún rastro de ella. Algunos expertos creen que los tanques de combustible vacíos podían haber mantenido a flote el avión durante cierto tiempo.El Presidente Roosevelt autorizó una búsqueda con 9 buques navales y 66 aeronaves a un costo estimado de 4 millones de dólares. El 18 de julio la búsqueda fué abandonada en el área de Howland. George continuó pidiendo ayuda para la búsqueda, pero luego él también abandonó toda esperanza de encontrarlos con vida.
En una época en la que las mujeres eran confinadas a ocupar un lugar subordinado y encerradas en el hogar, Amelia Earhart no sólo rompió el espacio privado, sino que se atrevió a hacer realidad sus sueños sin más límites que el cielo.