Ante todo perdón por tardar tanto en actualizar esta página que sé que algunas utilizáis en vuestros informes, sales escuelas y otros lugares. La falta de tiempo en este mes de diciembre es así…. Lo segundo alegrarme porque en lo que llevamos de diciembre no se contabiliza ningún asesinato machista y eso ya es como hacerlo notar y alegrarnos todos y todas (si bien la violencia asesina no ha parado ya que una mujer fue atacada con un hacha por su expareja el día 10 pero pudo salvar la vida con heridas de gravedad).
En la última semana de noviembre, medstore dos mujeres fueron brutalmente asesinadas:
El día 23 de noviembre Concha E., advice una mujer de 44 años, fue brutalmente asesinada a golpes en Torrelaguna (Madrid) por su exmarido, Raul G.G., de 36 años, que confesó el crimen y se entregó a la policía. Este es un caso de libro, de libro de los horrores que miles y miles de mujeres sufren cada día en España: este asesino quebrantó la orden de alejamiento, este hombre tenía al menos doce antecedentes de maltrato y quebrantamientos de condena (uno por una mujer anterior y el resto por la ahora asesinada). ¿Cómo es posible que el estado no pueda proteger a una mujer en un caso tan claro como este y la deje morir asesinada de una brutal paliza?. El estado, más que nunca, es culpable de asesinato en grado de no auxilio, sin duda.
El día 27 de noviembre una joven de 26 años moría brutalmente apuñalada por su exnovio, de 31 años en Valencia. El asesino la abordó cobardemente por la espalda, en la calle y a plena luz del día, las 4 y media de la tarde, asestándola diversas puñaladas hasta matarla.
Además de estas últimas asesinadas, merece la pena destacar (el día 10 de diciembre) el intento de asesinato de otra mujer en Castro Urdiales (Santander) que fue atacada en la calle por su expareja con un hacha a pesar de que esta mujer también contaba con orden de protección. Pese a la gravedad de las heridas, la mujer está fuera de peligro.
Con estas dos mujeres son ya 55 las mujeres asesinadas por sus compañeros o excompañeros en lo que va de año (dos de ellas no incluidas en el listado oficial puesto que desaparecieron y fueron asesinadas en 2012 aunque hasta enero no se detuvo al asesino (Barcelona y Cadrete), otras cuatro (Zaragoza, Vegalatrave, Asturias y Verín) no incluidas por estar en investigación por el Ministerio todavía, una (Caldes) porque era cuñada, que se interpuso ante su asesino cuando atacaba a su exmujer, una más (Mijas) por haber sido en una residencia de ancianos en circunstancias difíciles de probar de que el asesino era compañero sentimental y la última en Massamagrell donde un hombre mató a su mujer e hija enfermas y luego se suicidó). Estos 9 casos no aparecen en la lista oficial de asesinadas en 2013 que publica el Ministerio.
Las muertes han sido en: Andalucía (10 – Jaén(3), Sevilla, Málaga (3*), Granada y Córdoba (2)). Aragón (3 – Zaragoza(3**)). Asturias (1*). Baleares (2 – Mallorca (2)). Canarias (2 – Las Palmas y Tenerife). Cantabria (1 – Santander). Castilla La Mancha (4 – Albacete, Guadalajara, Cuenca y Ciudad Real). Castilla León (4 – Zamora(*), Palencia y León(2)). Valencia (9 – 6 en Valencia, 1 en Castellón y 2 Alicante). Galicia (2 – Lugo y Ourense(*)). Madrid (9). Cataluña (5 – Tarragona, Lleida(2) y Barcelona(2*), Pais Vasco (1 – Alava) y Extremadura (1 – Badajoz))
(*)casos en investigación por Ministerio o no oficiales por otras causas).
Siguiendo la campaña que comenzara el IHES AZAHAR (UNA POR UNA) esta campaña de este blog, denominada TRES POR UNA visibiliza una vez más a mujeres de los siglos anteriores al siglo XX.
Esta vez visibilizo una mujer del siglo XIX-XX, la mejor escultora del siglo, sin duda.
Camille Claudel (1864 (Fère en Tardenois -Francia) – Montdevergues, 1943)
Una loca para algunos, una de las mejores escultoras del siglo XX según todos, alumna aventajada (y no sólo amante) de Rodin, cuya influencia fue mucho más recíproca de lo que el maestro quiso reconocer.
Siendo apenas una bebé, los negocios de su padre, banquero y financiero de profesión, llevarían a la familia a trasladarse a otra localidad donde, en 1868, vendría al mundo su hermano menor, el futuro poeta y diplomático Paul Claudel, quien tendría una influencia decisiva en la vida de su hermana. Tras varios traslados se instalan definitivamente en París en 1881, en el famoso y bohemio barrio de Montparnasse. Allí, Camille pudo dar rienda suelta a su talento artístico gracias a su padre, quien contactó con el escultor Alfred Boucher para que aceptase a su hija en su academia parisina, la Colarossi, ya que la Escuela de Bellas Artes no aceptaba mujeres entre sus alumnos en esos tiempos.
Durante casi tres años, Camille, Jessie y el resto de aprendices trabajaron a las órdenes de Boucher, hasta que, a mediados de 1883, éste marchó a Italia y, en su ausencia, pidió a un reputadísimo escultor, amigo suyo, que se hiciese cargo de sus alumnas. De esa manera conoció Camille Claudel a quien sería el hombre más importante de su vida: Auguste Rodin (24 años mayor que Camille) y ya uno de los grandes nombres del arte francés.
Rodin centró sus esfuerzos en Camile, concediéndole un puesto en su taller de la rue de l’Université; donde colaboraría con Rodin en la ejecución de dos de las obras más célebres del escultor. Durante casi diez años, Rodin y Camille trabajaron codo con codo, influyéndose e inspirándose uno a otro, y creando algunos de sus mejores trabajos: “Fugit Amor”, en el caso de Rodin; “Sakountala”, en el de Camille. Sin embargo, su relación pasional era cada vez más tormentosa, debido al maltrato psicológico al que el escultor sometió a su joven amante; no sólo la humillaba y menospreciaba como artista, también se exhibía con otras mujeres ante ella, y, a pesar de que le prometió matrimonio en varias ocasiones (varias de ellas por escrito), nunca quiso abandonar a la que fue su más longeva compañera: Rose Beuret, madre de su único hijo, Auguste-Eugène, sólo dos años menor que Camille. Este complejo trío inspiraría la mejor y más célebre de las obras de Camille Claudel, “La Edad Madura”, una poderosa alegoría sobre el triángulo Camille-Rodin-Rose, donde la propia artista aparece como suplicante ante un impertérrito Rodin, que se aleja acompañado de una especie de bruja que representa, claro está, a Rose Beuret
En 1892 Camille se quedó embarazada y Rodin, que no estaba dispuesto a hacerse cargo del niño, convenció a Camille para que abortase, esgrimiendo una vez más la promesa de matrimonio. Cuando comprendió que había sido engañada una vez más, Camille decidió terminar su relación, algo que se produciría de forma progresiva, hasta su ruptura final en 1898.
El trabajo fue la mejor medicina que Camille encontró para el dolor causado por la ruptura con Rodin. Presa de los celos, tanto personales como artísticos, se dedicó en cuerpo y alma a la escultura, esta vez desde su taller propio en el quai Bourbon, donde vivía y trabajaba en absoluta soledad. Entre 1899 y 1905 surgieron de aquel taller obras como “El Vals”, “El Pensamiento”, “La Ola” o “El Abandono”, que expuso en numerosas ocasiones en el Salon des Artistes Français o en el Salon d’Automne, recibiendo excelentes críticas por parte de expertos tan prestigiosos como Octave Mirabeau (que dijo de ella que era “un genio”) o Mathias Morhardt, y apareciendo en numerosas revistas de arte, que ensalzaban su obra como lo mejor de los salones parisinos. Aunque sus mejores obras habían quedado atrás, atrapadas en el tiempo que pasó junto a Rodin, esta fue, sin duda, la época más fructífera para la Camille Claudel artista.
En diciembre de 1905, Camille expuso su trabajo por última vez en un salón de París. Tras esa última muestra, dio inicio un terrible infierno que sólo acabaría con su muerte. Ese año ya había dado signos de inestabilidad mental: desaparecía durante largos períodos de tiempo, destruyó varias de sus esculturas, y empezó a desarrollar fuertes paranoias que, entre otras cosas, estuvieron a punto de matarla de hambre, ya que temía ser envenenada. El blanco de sus iras era Rodin, a quien acusaba de haberle robado sus ideas, y de estar conspirando para acabar con su vida. Todos los síntomas indicaban que Camille padecía esquizofrenia, pero gracias a su padre, el único de su familia que siempre creyó en ella, se libró de ser internada en un manicomio como pretendían tanto la madre como los hermanos de la artista. El padre, que había apoyado moral y financieramente a su hija hasta el final, falleció el 2 de marzo de 1913, momento en que la familia Claudel se hizo cargo de ella y sólo ocho días después, el 10 de marzo, Paul Claudel firmó el ingreso de su hermana en el manicomio de Ville-Évrard (Neuilly-sur-Marne), donde, a pesar de que los médicos consideraron que no necesitaba internamiento, madre y hermanos insistieron en mantenerla “por su propia seguridad”.
Camille vivió sus últimos años en la más absoluta soledad, sin llegar a saber jamás que Rodin acabó casándose con Rose Beuret en enero de 1917, ni del éxito literario y político de su hermano, ni de que Francia fue conquistada por los nazis tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial…
Falleció en Montdevergues, olvidada de todos, el 19 de octubre de 1943, sin que nadie, ni familiar ni amigo, asistiese a su entierro en una tumba comunal del pequeño cementerio del manicomio, marcada únicamente con los números 1943-n392; sus restos nunca fueron recuperados, ya que, a la muerte de Paul Claudel en 1955, el cementerio había desaparecido debido a las reformas realizadas tras la guerra. Así, de forma anónima, abandonada y olvidada por todos aquellos a los que había amado, terminó una de las artistas más geniales de la historia francesa.