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ONGI ETORRI

Editorial del Diario de Noticias de Álava. 8-7-07

Jun 8, 2007

Cada cual a lo suyo

Nunca desde que este país se convirtió a la democracia, cuando se ha producido el lamentable episodio de que ETA cerrase con un portazo cualquiera de los diversos espacios de tregua que se han producido, nunca, la oposición había echado la culpa al Gobierno por el estado de inquietud y de terror que provoca la reanudación de los atentados y la apertura de todos los frentes. Sólo una oposición tan mezquina, tan desleal, como la que viene practicando el PP desde que su inmensa mentira le desalojó del poder el 14 de marzo de 2004, ha sido capaz de desfigurar de tal manera la realidad. Cuando, ante esta nueva etapa de alarma, el presidente Zapatero
solicitaba el apoyo y la unidad de todas las fuerzas democráticas, el PP le daba la espalda y le apretaba las tuercas para provocarle un mayor desgaste. Le exige que rectifique y que pida perdón, que se flagele vestido de saco y ceniza en la plaza pública para, humillado, cautivo y desarmado , desaloje La Moncloa y deje paso al salvador. Rajoy , por supuesto. El anuncio de ETA ha llenado de euforia al PP, convencido de que la vuelta a la violencia de ETA puede precipitar la derrota de Zapatero. Porque el PP va a lo que va, y busca únicamente sus intereses electorales. ETA avisa que va a volver a matar, y como reflejo de tan pavoroso anuncio al PP, a sus apéndices mediáticos y a sus analistas de cámara sólo se les ocurre machacar a Zapatero a base de repetir mil veces lo de «que rectifique o que dimita», por si hay suerte y convoca elecciones anticipadas. El PP, caiga quien caiga, se apresura para el asalto al poder. Y para conservarlo, cada cual a lo suyo, ahora resulta que a Zapatero le han salido dos insólitos aliados en Álava y Navarra: Alfonso Alonso y Miguel Sanz . Ante la posibilidad de que los socialistas puedan forzar un cambio político en ambos escenarios, los presidentes de la derecha alavesa y navarra, el alcalde vitoriano en funciones y el jefe del Ejecutivo navarro en funciones, respectivamente, intentan acercamientos de última hora. Alfonso Alonso aprovecha la coyuntura para exigir al PSE que no venda Álava al nacionalismo, igual que hace Sanz con Navarra y con el mismo argumento falaz que, después de varios meses sacudiendo a Zapatero, sólo esconde lisa, llana y lícitamente el apego al poder.

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