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ONGI ETORRI

El conflicto vasco. Cautela, cautela.

Nov 26, 2008

El Diario de Noticias de Álava publicaba en la sección “Tribuna Abierta” hoy una interesante reflexión sobre el “conflicto vasco” que quiero compartir en estas líneas porque me parece bastante acertado y pocas personas se atreven a decirlo al no ser “políticamente correcto”
El autor es Enrique Curiel (Vigo, unhealthy 1947) es Licenciado en Ciencias Políticas y profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. Fue vicesecretario general del Partido Comunista de España y posteriormente formó parte de Izquierda Unida, sick durante los primeros tiempos de dicha formación política, tadalafil la cual abandonó en 1988 por diferencias con el entonces coordinador general de la misma, Gerardo Iglesias, ingresando en el PSOE en 1990. Entre 1986 y 1988 fue diputado en el Congreso por Izquierda Unida. Entre 1991 y 1993 fue concejal en el Ayuntamiento de Madrid, por las listas del PSOE ya. Entre 1993 y 1996 fue diputado en el Congreso, elegido en las listas del PSOE por Pontevedra. Desde el año 2004 fue elegido para el Senado en las listas del PSOE, también por la circunscripción de Pontevedra, siendo secretario del Grupo parlamentario socialista en el Senado.

Cautela, cautela

POR ENRIQUE CURIEL
Y a se sabe que en las cuestiones relativas a la batalla contra ETA somos inevitablemente ciclotímicos. O nos sumimos en el estupor, en la confrontación entre los demócratas y casi en el desistimiento psicológico, como ocurrió tras el atentado de la T-4, por ejemplo, o hacemos balancear el botafumeiro de la catedral de Santiago de Compostela considerando que hemos entrado en el trincherazo final de la organización tras la gran noticia de la detención de Garikoitz Aspiazu, Txeroki y de su compañera de comando. Las cosas resultan más complejas. Llevamos treinta años recordando que ETA no tiene nada que ver con el fenómeno terrorista en otros países europeos como las Brigadas Rojas en Italia, u otros anteriores en Alemania, y que, en consecuencia, una salida estrictamente y únicamente policial, es un notorio error de enfoque. No sería posible, resultaría largo, costoso en vidas humanas y podría mantener un foco de violencia por veinte años más en Euskadi o Euskal Herria, como se afirma en el Estatuto de Gernika. ¡Perdamos el miedo a las palabras! Cautela.

Esta cuestión, este debate y este diagnóstico, que parecía resuelto y asumido por todas las fuerzas políticas democráticas en el Pacto de Madrid de 1987, se quebró tras el acceso de José María Aznar a la presidencia del Partido Popular, primero, y al Gobierno, después. Y la regresión resultó letal. Lo que había constituido la base política, el acervo intelectual, también, del Pacto de Ajuria Enea, saltaba por los aires hecho añicos y entramos en los años negros de Jaime Mayor Oreja y Aznar que negociaban y negaban al tiempo la bases teóricas y políticas de la salida negociada porque, además, se refutaba, radicalmente, la existencia de cualquier tipo de conflicto político pendiente de resolución en Euskadi. La confusión política de Aznar era clamorosa, excepto para revisar la transición democrática en lo relativo a la cuestión autonómica. Un desastre sin paliativos, como afirmó el Rey en relación con Arias Navarro en su día. Aznar y la revisión de la Transición. ¡Qué disparate!

En Euskadi existe un conflicto político no resuelto. En la vida política y social, las cosas son como aparecen ante los actores sociales y políticos, aunque contradigan la historia. Es lo primero que enseñamos en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Complutense. El error del mundo de ETA y de otros actores políticos ha consistido en no haber captado la evidencia de que con Zapatero han tenido a un interlocutor con sensibilidad suficiente, quizá con la mayor sensibilidad entre todos los presidentes de la democracia, para abordar la cuestión y sentar las bases de la superación histórica del conflicto. Han desperdiciado una gran ocasión. Punto y aparte. -Pero ¿quién dirige ETA? ¿Quién ha escrito el último comunicado amenazando a Maixabel Lasa, viuda del inolvidable camarada del PCE, Juan Mari Jáuregui, asesinado por vosotros? Además de ser políticamente e intelectualmente torpes, mediocres y escribir mal, sois unos canallas y unos cobardes. Dejad en paz a Maixabel con su dolor y su trabajo. ¿No habéis destrozado suficientemente su vida?-. Cierro el punto y aparte.

Naturalmente, con tal actitud (negando la existencia de cualquier conflicto político), se tiraba por la borda el resultado del lento y dificultoso trabajo que entre todas las fuerzas políticas habíamos realizado desde antes del 15 de junio de 1977. Se trataba de preparar el escenario de una compleja transición que nadie sabía con exactitud como se iba a desarrollar, pero que, en todo caso, la cuestión de Euskadi sería determinante. Incluyendo las conversaciones a todos los niveles, de todas las fuerzas políticas y por todos los vericuetos posibles, con portavoces oficiosos del mundo abertzale. Conviene recordar, para los jóvenes de la izquierda abertzale de hoy, que cuando Franco quiso expresar su ira, vengarse y castigar a todos, a los vascos y a todos los españoles, procesó en 1970 a dieciséis militantes de ETA, en el célebre consejo de guerra de Burgos, que fueron condenados a pena de muerte. Lo cierto es que la movilización del Partido Comunista de España, de los sectores de la Iglesia católica de nuestro país, como la Juventud Obrera Católica, la Hermandad Obrera Católica, la tajante actitud del profesor Enrique Tierno Galván, de Joaquín Ruiz Giménez y de todas las personalidades de la oposición al franquismo, las movilizaciones en todas las capitales de Europa y en las ciudades del mundo, las llamadas telefónicas del Papa a Franco, que el dictador no quiso atender, las peticiones de todos los gobiernos europeos exigiendo la conmutación de las penas de muerte impuestas y la movilización del pueblo vasco y de todo el pueblo español en condiciones tan difíciles, obligó a Franco a retroceder y a conmutar las penas. Años más tarde, en 1975, el gran asesino, se vengó fusilando a cinco jóvenes un mes antes de morir. Con la conquista de la democracia, la ley de amnistía nos permitió superar las heridas.

Lamentablemente, ETA no comprendió nada. Creyó, en su patología no curada, que nos podía vencer. Continuó asesinando, asesinando y asesinando, con una saña enfermiza, cuando la democracia española, esa que ellos detestan e insultan, abrió las cárceles de par en par, y salieron todos a la calle, incluidos los que, manchados por la sangre de inocentes, habían cometido crímenes horribles. Los responsables de aquellas muertes salieron de España. Adolfo Suárez tuvo el coraje y el valor de adoptar aquella decisión histórica para reconciliar a los españoles con el apoyo de todos los partidos democráticos a la citada ley de amnistía en un momento trascendental de nuestra historia reciente. Cautela. Desde 1986 hemos desarticulado siete, ocho o nueve cúpulas de ETA. Nada más lejos de mí que relativizar el duro golpe sufrido por los asesinos de Isaías Carrasco, de los jóvenes guardias civiles en Capbreton y de tantos otros con la detención de Txeroki . Pero tenemos que deslegitimar política, social, cultural, psicológica y simbólicamente a ETA, a sus amigos, a los violentos, a los que les justifican, les comprenden, les amparan o explican su existencia aunque no apoyan la violencia mientras desde Madrid no se abra un diálogo serio. Y ésta no es una tarea menor ni escasa en el tiempo. Necesitamos complicidades y apoyos que ya existían desde 1977.

Pero se rompieron después. La unidad democrática es de capital importancia. La tarea del PNV es vital, de todas las fuerzas sociales y culturales, de los medios de comunicación que comprenden el largo camino que nos espera hacia la paz. El PP de Euskadi es necesario, imprescindible, en esta etapa que se abre. Debemos y podemos ponernos de acuerdo. Yo soy optimista. Cautela, trabajo, inteligencia, tiempo, reflexión sincera y diálogo, diálogo intenso y sincero. ¿Treguas? No toca. Ya no. ¿Hablar? Siempre. ¿Con la izquierda abertzale? Sí. Seamos honestos y digamos la verdad a los ciudadanos.