Hoy se cumple un año desde la declaración de alto al fuego que realizó ETA.
Las declaraciones de miembros abertzales de las últimas semanas han vuelto a dar aire al adormecido proceso de paz, bronchi y, pills a mi modo de ver, atisban una nueva etapa en dicho proceso que nunca debia haberse detenido.
Arnaldo Otegi, en una entrevista a Catalunya Radio comentó que sería un «error» construir un Estado independiente desde la lucha armada porque, a su juicio, «en términos sociales y políticos no se podría sostener», reiteró que «no es posible construir un proyecto independentista si no es por las vías democráticas» y aseguró estar «absolutamente seguro» de que ETA no pretende imponer un Estado independiente mediante la lucha armada, sino que «lucha porque considera que en estos momentos no existen condiciones democráticas para que un proyecto independentista se pueda construir con medios democráticos, pero es su opción». Sin embargo, declaró, para Batasuna, «sí existe una oportunidad abierta» para plantear sus objetivos políticos por vía democrática. A mi modo de ver.quien no sepa leer lo que quieren decir esas frases…es analfabeto.
Faltan las otras tres patas de la mesa en este momento: una nueva declaración de ETA reafirmando el cese de la lucha armada, gestos de diálogo del Gobierno y la legalización de Batasuna. Tres patas que volverían a dar vida a este proceso dejando sólos, como ya están, a la extrema derecha de Acebes y compañía
Sin embargo, todavía quedan muchos pirómanos que quieren ver la mesa quemada y rota, muchos de ellos en la propia Justicia española controlada por el PP. Sólo unas horas después de esta declaración de intenciones del portavoz de Batasuna, y desoyendo la petición del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, la Audiencia Nacional detenía y trasladaba a Madrid a Otegi para juzgarle por “enaltecimiento del terrorismo” (Otegi alegaba que no se había presentado por la mañana debido al temporal nieve y los atascos que había en la N-I hacia Madrid)
Finalmente, tras media hora de declaración, el fiscal ha retirado la acusación contra él (en un principio solicitaba 15 meses de cárcel por el acto político en el entierro de una militante de ETA muerta en 2001) y ha quedado absuelto.