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ONGI ETORRI

INMIGRACION. DESMONTANDO MITOS Y PARARACISMOS CON DOS INFORMES RECIENTES

Jul 8, 2011

PRIMER INFORME:

Francisco Javier Moreno Fuentes y María Bruquetas Callejo, nurse por medio de la Obra Social ”la Caixa” Caixa”, han publicado un informe este año titulado Inmigración y estado del bienestar
Uno de los grandes prejuicios sobre las personas migrantes es que colapsan los servicios sociales.
Resumen del volumen 31: Inmigración y Estado de bienestar en España:

– Entre el total de afiliados al INSS, el porcentaje de extranjeros ha permanecido prácticamente estable a lo largo de los últimos años: entre el 10 y el 11% en el caso de los varones, y en un 10% en el de las mujeres.

– Los principales obstáculos al acceso de los inmigrantes a los programas de protección social derivan de la pérdida del empleo (y, a medio y largo plazo, de la finalización de las prestaciones), de la “irregularidad sobrevenida” ante la imposibilidad de renovar las autorizaciones oficiales y, en última instancia, de la irregularidad administrativa de los extranjeros indocumentados.

– Menos del 1% de los beneficiarios de pensiones en España son extranjeros, y de ellos más de la mitad son ciudadanos comunitarios. La mayoría de inmigrantes, en plena etapa productiva, proporcionan una aportación neta a las arcas del INSS, lo que continuará siendo así durante al menos las próximas dos décadas.

– El 5,2% de la población “pobre” (ingresos inferiores al umbral del 60% de la mediana de la renta) y el 8% de miembros de hogares “excluidos” (afectados por cuatro o más dimensiones de exclusión) declaran no tener acceso al sistema sanitario público. La gran mayoría de estas personas son inmigrantes indocumentados.

– Según los últimos datos disponibles del Sistema Integrado de Usuarios de Servicios Sociales (SIUSS), los extranjeros constituían aproximadamente el 13,7% del total de usuarios, muy próximo al 11,55% que representan en el conjunto de la población. Sobre el total de intervenciones, el colectivo inmigrante reduce significativamente su presencia hasta el 6,85% de las actuaciones de los servicios sociales. Además, la población inmigrante representaba el 11,2% de los beneficiarios de rentas mínimas de inserción (RMI), lo cual indica una clara infrarrepresentación, dado que los inmigrantes representan una proporción mayor de la población en riesgo de exclusión social.

– La presencia de alumnos inmigrantes es creciente en todos los tramos de la educación obligatoria, tanto en educación primaria (11,5%) como en secundaria (12%). El 82% del alumnado extranjero sigue estudios en centros públicos.

En la segunda parte del estudio, se analiza el uso diferencial que las poblaciones de origen inmigrante hacen de los sistemas de protección social, así como los efectos de dichos programas en su integración social.

– Respecto a la población autóctona, los extranjeros consultan un 7% menos al médico de cabecera (un 16,5% menos al médico especialista). El recurso a los servicios de urgencias se eleva ligeramente entre los extranjeros y es la vía por la que el 65% de ellos accedieron a tratamiento hospitalario, frente a un 57% en el caso de los españoles.

– La crisis actual ha afectado a los colectivos inmigrantes con particular dureza, sustancialmente en las tasas de desempleo, que se acercan ya de media al 30%, en comparación con una tasa de paro del 18% entre los autóctonos.

– Los inmigrantes presentan tasas de pobreza notablemente altas: casi el 30% de los latinoamericanos, africanos y asiáticos, frente a algo más del 18% de los ciudadanos de nacionalidad española, se hallan por debajo del umbral del 60% de la mediana de la renta. El 3% de la población autóctona, casi el 7% de los inmigrantes de Europa del Este, y el 5,4% de los inmigrantes del resto del mundo se sitúan por debajo del umbral de pobreza severa (25% de la media de la renta).

– Tan solo el 10% de los estudiantes de origen inmigrante continúa sus estudios más allá de la edad obligatoria, y menos de la mitad de los de ESO siguen estudios de bachillerato. La probabilidad de abandono prematuro de los estudios de los jóvenes inmigrantes es 2,1 veces mayor que la de los jóvenes nacidos en España.

– La comprensión lectora del alumnado nacido fuera de España es 60 puntos inferior a la de los autóctonos (en una escala de 0 a 500). Aun controlando por nivel socioeconómico, el desfase continúa siendo de 44 puntos. Tal desajuste es menor entre inmigrantes de segunda generación (24 puntos), pero se mantiene. La diferencia en estos resultados es más pronunciada entre alumnos inmigrantes de lengua materna distinta de la lengua vehicular de la sociedad de recepción.

El tercer bloque del estudio se dedica al impacto de la inmigración (fundamentalmente femenina) sobre la estructura de provisión de cuidados. Se describe cómo la incorporación masiva de la mujer al mercado de trabajo ha acentuado los problemas de compatibilización de vida laboral y familiar. En este contexto el nivel de ocupación en el sector doméstico ha experimentado un crecimiento sustancial desde 1998 y las trabajadoras extranjeras (en gran medida latinoamericanas) han pasado a ocupar entre la mitad y dos terceras partes del empleo regular de este sector. En el caso de las cuidadoras de mayores, el 40% son extranjeras y representan hasta el 80% de las cuidadoras en régimen interno. Entre el 55 y el 70% de este empleo permanece en la economía sumergida.

Por último, los autores estudian el efecto de la inmigración sobre la sostenibilidad económica y social del Estado de bienestar en España, señalando como:

– La inmigración ha contribuido a consolidar el sistema de protección social en España. Según la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno, el 30% del crecimiento del PIB entre mediados de los años 1990 y la primera década de este siglo fue consecuencia del asentamiento de inmigrantes. El efecto positivo se elevaba hasta el 50% del crecimiento del PIB en el período 2000-2005.

– El 50% del superávit alcanzado por las finanzas públicas en los años de mayor crecimiento de la economía española, de 2002 a 2006, correspondió a impuestos y contribuciones sociales de la inmigración.

– Según los últimos datos disponibles, el porcentaje del gasto social dedicado a inmigrantes ha crecido: de aproximadamente el 1% del gasto sanitario y educativo en 2000 pasó al 5% del gasto sanitario y aproximadamente al 6% del educativo en 2007. Dichas proporciones siguen siendo considerablemente inferiores al porcentaje de inmigrantes sobre la población total.

– Según las encuestas, el rechazo frente a la inmigración crece en todos los países europeos, entre los que España no es una excepción. Entre 2004 y 2008, los encuestados que sostenían que las políticas de inmigración españolas eran demasiado tolerantes aumentaron del 24% al 42%.

– El inmigrante es visto como un competidor en el acceso a prestaciones o servicios públicos, actitud más generalizada entre grupos de bajo nivel educativo y económico, mayor edad y/o principios más conservadores. Ello se traduce en la idea de que a los inmigrantes se les conceden más ayudas escolares (50%) y prestaciones sanitarias (46%) aun en igualdad de ingresos; también es frecuente la idea de que la presencia de inmigrantes deteriora la calidad de la atención sanitaria (52%) y educativa (50%).
Entre otras conclusiones, el presente trabajo observa que el “efecto llamada” existe, pero no responde a los programas sociales del país de acogida, sino a la demanda real de mano de obra. En consonancia con estudios similares, este análisis demuestra que el argumento de sobreutilización y abuso de los sistemas de protección social entre la población inmigrante está totalmente injustificado. En cambio, la concentración de la demanda en determinados ámbitos territoriales contribuye a reforzar dicha percepción social y, con ello, a debilitar la legitimidad de los sistemas de protección social.

SEGUNDO INFORME:

En otro informe es “El anuario de la inmigración en el estado Español 2010 Inmigración y crisis económica: impactos actuales y perspectivas de futuro”, elaborado por la Diputación de Barcelona, CIDOB, la Fundación Ortega-Marañón, Unicaja, ACSAR y el Centro de Estudios Andaluces proporciona algunas claves para desmentir datos erróneos relativos al presente y el futuro próximo de la inmigración.
La idea de que cada vez son más las personas migrantes que llegan a nuestro país y de que el Estado español no podrá absorber ni ahora ni en un futuro próximo tantos trabajadores y trabajadoras de origen extranjero, son algunos de los datos erróneos que este anuario desmiente. Resumimos los datos principales del estudio:

* La entrada de nuevas personas migrantes al Estado español se ha reducido «a prácticamente a cero» debido a la crisis económica y las consecuentes dificultades para encontrar empleo.

* Estamos ante un cambio de ciclo migratorio, iniciado en 2010, que fue el año en que por primera vez disminuyó la presencia ilegal de población extracomunitaria en nuestro país, un 1,4%, aunque hubo un repunte en el colectivo migrante comunitario.

* Se asocia esta reducción del fenómeno migratorio al ámbito laboral, ya que la crisis económica ha provocado la disminución de la oferta de empleo.

* El año pasado apenas creció la población inmigrante en el Estado español, cuando el balance fue positivo en 2009 (100.000 personas), 2008 (400.000) y 2006 y 2007 (550.000).

* No obstante, este frenazo fue asimétrico, en el sentido de que entraron menos jóvenes de hasta 34 años y más personas de más de 35 años y también mujeres.

* Expertos auguran una segunda y necesaria oleada migratoria en 2015. La falta de jóvenes inmigrantes y nativos en el Estado español hará necesaria una segunda oleada de inmigración hacia el año 2015 para la que será preciso adaptar las políticas de integración.

* El informe revela cómo, si bien la crisis ha golpeado duramente a los trabajadores y trabajadoras inmigrantes, la realidad es que las cifras de paro no revelan la situación de los procesos de destrucción de empleo. El 29 por ciento de paro entre la población inmigrante refleja no tanto una pérdida de empleo como el hecho de que los llegados en los últimos años no han podido encontrar empleo.

* A consecuencia de la crisis, son precisamente las personas migrantes de hasta 34 años los que han optado por irse, como lo han hecho 550.000 jóvenes nativos.

* Si a ello se une el descenso de las tasas de natalidad en el Estado español, la resultante es que, cuando llegue la recuperación, a mediados de la próxima década, habrá un serio déficit de jóvenes, lo que hará necesaria una nueva llegada masiva de jóvenes inmigrantes.

* Son estas previsiones las que han impulsado a los expertos a advertir de la necesidad de estar preparados para esa eventualidad, poniendo al día las políticas de acogida e integración.

FRANCISCO JAVIER MORENO FUENTES es científico titular en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Madrid y el Instituto Juan March, ha sido profesor en la universidad de Barcelona e investigador visitante en la London School of Economics, en la Harvard University y el Institut d’Études Politiques de Paris. Sus áreas de interés preferente giran en torno al análisis de políticas públicas en perspectiva comparada en el ámbito de los regímenes de bienestar, la inmigración y las políticas urbanas. Su tesis doctoral fue editada por el Consejo Económico y Social; es autor asimismo de trabajos en obras colectivas y de artículos en revistas españolas (Política y Sociedad, Documentación Social, Revista Española del Tercer Sector) e internacionales (Politics & Society, Hagar, Pôle Sud).

MARÍA BRUQUETAS CALLEJO es profesora del departamento de Ciencia Política de la Universidad de Amsterdam. Doctorada por esta misma universidad (Instituto para las Migraciones y los Estudios Étnicos), su tesis versa sobre la implantación de políticas de acogida para el alumnado inmigrante en las escuelas. Es miembro de la red de excelencia IMISCOE, que agrupa a especialistas e investigadores del fenómeno migratorio y la integración
social de poblaciones de este origen en las sociedades receptoras. Se ha especializado preferentemente en los procesos de elaboración y puesta en práctica de políticas de integración de inmigrantes, con especial atención al ámbito de la educación, así como en las conexiones entre el Estado de bienestar y la integración de colectivos de origen inmigrante.

El anuario está dirigido por Eliseo Aja, Joaquín Arango y Josep Oliver Alonso, y analiza las consecuencias de la actual crisis económica sobre el fenómeno migratorio en España: los impactos en el mercado laboral de los inmigrantes, los flujos migratorios hacia España, así como las actitudes de nuestra sociedad frente a la inmigración en un escenario de crisis. La publicación sigue ofreciendo, como en las ediciones pasadas, un enfoque multidisciplinar de carácter político, sociológico, económico y jurídico. La edición 2010 del Anuario ofrece, además, un debate entre expertos sobre qué políticas migratorias son más oportunas para después de la crisis en el caso español.