En la entrada anterior de este ensayo en 5 partes Lom hablaba de las 3 claves que hay que preguntarse a sí mismo para conocerse más ampliamente, apoplectic vamos a desarrollarlas pues.
Podéis ver las anteriores partes en estos enlaces:
Primera parte: Yo soy cada día siendo)
Parte Segunda: El conformismo conformista
Parte Tercera: La cuestión es cuestionarse
PARTE CUARTA: Dudando y con el mazo dando
1 – Saber estar en la duda…. Dudar de si mismo, anabolics dudar no por el hecho de desconfiar de ti mismo, hospital sino por el hecho de confiarte y pensar que todo está claro. Dudar del exceso de confianza o de la seguridad excesiva en si mismo. Solo si surge una duda se es capaz de interrogarse. Si no tengo dudas es difícil que surja una pregunta que nos cuestione o interrogue sobre nosotros mismos. Frente a la duda, la convicción personal nos permite sentirnos que vamos por un camino adecuado. Pero esa convicción que nos hace sentirnos seguros de lo que somos y de lo que conseguimos o logramos, que nos hace sentirnos confiados con lo que somos… puede ser a su vez la razón por la que nos aposentamos y nos hacemos cómodos hasta dormirnos en la ilusión “ilusa” de que todo está bien. dudar de que lo que yo percibo de mi y del mundo sea lo que perciben los demás (visión egocéntrica).
Dudar no significa tener que desmentir tus certezas ni desdecirse de uno mismo ni negarse u obligarse a un cambio a la fuerza. Es sencillamente, tener capacidad de cuestionarse y ser conciente que nada el inmutable ni permanente. Que somos lo que queremos ser o lo que decidimos ser y que es mentira esa frase que dice “yo soy así”. Dudar nos permite no anquilosarnos en nosotros mismos y no aferrarnos a nuestros rasgos, maneras o pensamientos… a nuestras comparaciones ya establecidas o nuestras clasificaciones rígidas de algo.
La única convicción real es la socrática.. “solo se que no se nada” Un “dudo, luego existo” y solo si soy capaz de introducir la duda (es decir, la interrogación) en mi, puedo plantearme algo distinto nuevo, puedo plantearme una renovación de lo supuestamente incuestionable de uno mismo.
Si no dudo de mi, ¿Cómo me puedo plantear un cambio o una modificación en mi ser o en mi carácter o en mi manera de ver la vida? Si afirmas que todo está bien, que estas a gusto contigo mismo y que no hay duda de lo que quieres ser, de lo que eres no creo que trates de cambiar nada. A lo mejor es cierto, de todos modos, y vas por el camino adecuado y tu convicción es real pero aun en ese caso… dudar te permite verlo.
Esta posición me plantea de base reconocer (identificar) mi ignorancia para definir muchas cosas y más para compararlas adecuadamente. Reconocer mi limitación y reconocer cuando necesito ayuda de otros o de algo. Reconocer que cambio y reconocer que nada permanece como ayer…
2 – Mostrarse sanamente insatisfecho… y no conformarme con lo que sucede. Ser un inconformista no significa que me desadapte o siempre ande a la gresca con todo. No significa ser un refunfuñador empedernido o un ser que plantee siempre un “si pero…”. Simplemente es tomar consciencia de que las cosas no son inmutables ni “son como son” o “soy como soy”. Puede que yo no pueda cambiar el mundo o cambiarte a ti pero me puedo cambiar yo si lo veo adecuado o mi manera de entender o enfrentarme a la vida. Es querer algo mas, no conformarme con lo que me pasa ni con lo que sucede. No ser una hoja movida por el viento. No dejarse pasivamente ante los hechos y las experiencias.. Entiendo esta insatisfacción como un espíritu de superación y un mirar siempre en futuro… (si ya se, que si lo importante es el presente y el aquí y ahora… pero el futuro se construye en el presente y como se dice, “de aquellas aguas estos lodos”).
Las personas tendemos a ser animales de costumbres. Nos cuesta el cambio, nos adaptamos y nos volvemos comodones a veces en exceso. Dando por establecido lo que igual no tiene que ser así. “yo soy así, que le vamos hacer”. Decimos con frecuencia para esquivar la consciencia de algo. Estoy bien, ni me muevas. Quiere decir.
Pero esa dosis de insatisfacción positiva de desacuerdo con lo establecido ya no es cuestión de una identificación y comparación sino de una clasificación de intereses y motivaciones. Es cuestión de una reflexión sobre lo que realmente te importa de verdad y de lo que quieres hacer con tu vida realmente. Aquí el pensamiento debe cotejar lo que sucede y considerarlo en una escala o categoría de importancia y en función de unos objetivos que siempre pueden ser modificados y mejorados.
Digamos que una dosis de “insatisfacción” te incita a proponerte otras metas. Te incita a mejorar (mejora y calidad continua que se dice actualmente en las empresas para que su gestión y organización siempre vayan a más). Pero no se trata de no disfrutar de las cosas o de no reconocer lo hecho o logrado. Se trata de saber que siempre hay algo más que saber y ese continuo es lo hermoso frente al misterio de la vida.
La insatisfacción es mi motivación ante algo siempre que sienta que soy capaz de gestionarlas. Por tanto, la percepción de que me siento competente ante un problema o un conflicto o una insatisfacción es la que hace que esa in- satisfacción sea realmente una satisfacción o motivación de satisfacerse.
Pero lo que realmente quiero plantearme con esto no es la búsqueda de calmar insatisfechas necesidades sino de que ese impulso de querer algo mas siempre, de no conformarse, de no ser borrego, de no aceptar el limite simplemente porque digan que lo es o lo ha sido siempre… La sana insatisfacción es la señal real del ser curioso. Del saber que incluso el estado de felicidad no lo es o de que los logros solo son pasos de otros, desadaptarse puede ser una manera de avanzar, ser raro una forma de salir del rebaño, querer volar como Juan Salvador Gaviota llegar a volar mas allá de la velocidad, …. La insatisfacción sana es la respuesta del investigador que siempre es capar de plantearse un nuevo “¿y si….?.” justo cuando acaba de recibir la respuesta al anterior….”y si…”