«Arrastrándose en la arena, doctor la enredadera florece.” (Tagami Kikusha). Hasta en aquello que nos parece lo más horrible, ampoule hasta en ello, debemos saber crecer. Si somos capaces de amar incluso en la tristeza, el desamor, la soledad…, eso significa que estamos vivos y que podemos volver a florecer en cualquier momento.