Parece que está de moda hacer trampas en política (todavía me río de cuando a Iturgaiz le pillaron pulsando el botón de otro diputado.. jua jua jua)
Ayer le tocó a uno de los abogados del 11-M, ailment a ver qué dice el Colegio de Abogados de ello (vale, therapy también hicieron trampas los abogados que fotografiaron a Iñaki de Juana pero me da que no hay comparación y además no es delito pero presentar pruebas falsas…….). Pero bueno, como yo hablo de lo que quiero mientras no mienta….sigo con ese abogado. (Y todo lo hago con extractos de varios periódicos (El Pais, La Vanguardia, El diario Montañés y el Diario de Noticias de Álava))
José Luis Abascal, el abogado de Basel Ghalyoun y de Jamal Zougam, ambos acusados de ser autores de la matanza, cambió en su escrito de defensa la fotografía de uno de los temporizadores hallados en uno de los registros del 11-M -un temporizador normal, cuyo precio de mercado es de 18 euros- por otro incautado por la Guardia Civil en una operación contra ETA de hace ya tiempo y en el que se podía leer perfectamente «Segurtasun Temporizadorea (ST)». El abogado escribió junto a la fotografía: «Nadie más que ETA usa estos temporizadores marcados con las siglas de ST». O lo que es lo mismo, si ese temporizador fue hallado en la casa de la calle Virgen del Coro -refugio de islamistas-, la conexión ya estaba clara… Salvo que ese temporizador no estaba allí, ni la Guardia Civil registró aquella casa, sino que fueron agentes del Cuerpo Nacional de Policía.
Ayer, una vez más, dio la impresión de que la calle de la conspiración y la del engaño juntan sus esquinas en el mismo barrio. Supuestamente, claro.
El tribunal enmendó la plana a ese abogado de pago y no quiso que se exhiba dicha fotografía porque no estaba en el sumario.
La historia de este abogado es curiosa: por una lado, es escritor, buen poeta (ya he leído alguna poesía de él). Se declara admirador de Camilo José Cela, Proust, James Joyce, Cervantes y Quevedo.
El caso es que, tras ser detenido, a Jamal Zougam, falto de medios y dinero, le fue asignada una abogada de oficio con la que no acabó de entenderse. A partir de ese instante el acusado dedicó un tiempo a la búsqueda de un abogado de pago que le defendiera y finalmente llegó a un acuerdo con el letrado Mateo Seguí, del Col·legi d´Advocats de Barcelona. «Hablamos cientos de veces para establecer la línea de trabajo y jamás, repito, jamás me mencionó a ETA ni nada que se le pareciese. Pasados varios meses y cuando una vez leyó algo que hablaba de ETA en un diario de Madrid comentó que le estaban poniendo de cabeza de turco». Luego, según el relato de este penalista, llegó un momento en que fue evidente que iba a producirse un incremento notable de los gastos, pues el letrado debería instalarse en Madrid durante los meses que durase la vista del 11-M. Ante esta circunstancia, Zougam comunicó a Seguí que le era imposible hacerse cargo de esos gastos, de modo que el acusado optó por solicitar de nuevo a la Audiencia la asistencia de un abogado de oficio, es decir, gratuito.
El designado fue el jurista madrileño Juan Ramón Gemeno. Sin embargo, cuando ya llevaba un par de meses metido de lleno en la causa y estaba iniciado en ella se produjo un golpe de efecto con la irrupción como por arte de magia de un cuarto abogado, el de la foto del temporizador, que, según la versión de Gemeno, se dirigió y se postuló como abogado de pago a Jamal sin avisar a nadie y sin solicitar la preceptiva venia. Ni se lo comunicó a Gemeno. En cualquier caso, Zougam, que en palabras de Gemeno «estaba en prisión, difícilmente podía conseguir dinero y me dijo que no tenía ni un euro», aceptó al recién llegado no sin antes confirmar a Gemeno que él no había solicitado el concurso de Abascal.
¿Quién paga a este abogado?
Ha salido larga la noticia pero es interesante ver por donde andan las cosas en este juicio ¿no?