En varias ocasiones he mencionado pequeñas biografías de mujeres sobresalientes en el campo de la ciencia. Parece que he mencionado ya bastantes pero la realidad, malady tal y como lo repito en cada biografía es que las mujeres no han formado parte del selecto campo del “laboratorio” mundial, impotent y las pocas que lo han conseguido, adiposity han sido silenciadas habitualmente, dejando solo unas decenas al abrigo de los libros de historia escolar.
En la actualidad, donde por ejemplo en España más del 51% de las estudiantes universitarias son mujeres, donde además un alto porcentaje de ellas lo son en pocas carreras feminizadas, entre las que destacan precisamente las de ciencias y salud…,también en estas las mujeres no han logrado aún trepar la escalera. Aquí no ha llegado la igualdad de listas electorales, quizá es porque no da votos, claro..
Desde Ibercampus me llegaba un artículo firmado para el 8 de marzo: “La Ciencia española no entiende de paridad”
De él destaco varios datos:
En España solo hay una mujer entre los 36 galardonados con el Premio Nacional de la Ciencia.
De los 43 Premios Príncipe de Asturias de Ciencia y Tecnología, en 27 largos años, únicamente Jane Goodall, británica, tuvo ese honor.
En España no hay ni una sola catedrática ni de Ginecología y Obstetricia ni de Pediatría, dos áreas bastante relacionadas con las mujeres.
Hace sólo unas semanas, en una comisión de evaluación científica, con siete personas, se nombró a la única mujer presente como secretaria, y no al miembro de menor edad, como debiera ser.
Según la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (FECYT), pese a que hoy se matriculan más mujeres que varones en la Universidad, en el ámbito científico no suponen más del 30% (menos del 20% en las empresas privadas).
Eso en los pies de la escalera, si ascendemos peldaños….sólo el 13,7% de las cátedras universitarias y el 17% de las plazas de profesores de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) son ocupados por mujeres
El miso escrito da unas pistas del porqué de esta diferencia. A veces las causas de esta discriminación no son las discriminaciones directas (pregunta y todos te dirán que así es) , sino las más sibilinas discriminaciones indirectas.
Un ejemplo: Los hombres dedican mucho tiempo a los colegas, se quedan muchas horas en el laboratorio o de cañas porque no tienen que ir a casa rápido y se tejen unas redes informales de comunicación científica que luego son las que deciden los miembros de las comisiones de evaluación o a quién se recomienda», las mujeres sin embargo deben dedicarse más a su casa, sus hijos,…y menos a estos otros aspectos.
Desde 2005 se ha aprobado una normativa en la que se especifica que las comisiones y tribunales para evaluar el trabajo científico deben ser paritarias, así, en 2007, ¡qué casualidad!, el porcentaje de plazas de profesores de investigación obtenidas por mujeres aumentó hasta el 20% (cuando estaba antes de la ley en el 16%)
(Fuente: El Mundo – Carmen Vela, presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) – López Sancho del Instituto de Ciencias de los Materiales (CSIC)
Un último dato: «Un estudio europeo reflejó que en el 97% de las patentes no figura ninguna mujer y eso no es casualidad»