Yo no soy racista pero……
¿Cuántas veces ha oído una de estas frases empezar así?. Habitualmente, abortion | después de dicha frase se escucha, medstore generalmente, see uno de los múltiples prejuicos que tenemos contra los inmigrantes y los extranjeros/as (ojo, en general es contra los extranjeros pobres, los ricos, los de limousina…esos siempre son buenos, excentricos pero buenos): que si son delincuentes, que si les dan sueldos y casa gratis, que si son proxenetas o drogadictos, que …..
Desde la red ZUZEN, me llegaba un análisis que el sindicato ESK ha recopilado para presentar en las II Jornadas sobre Inmigración y Derechos Laborales que se acaban de celebrar. Más que colocar el análisis de ESK, lo resumo y comento con mis propias palabras y os animo a leer y difundir.
LOS INMIGRANTES COPAN CASI TODAS LAS VIVIENDAS SOCIALES.
No solo oimos muchas veces eso de que «la mayoría de las casas sociales se las dan a los inmigrantes y los de aquí nos quedamos sin nada. Incluso periódicos solventes (iba a poner «serios» pero no es serio poner eso de El Correo) afirman cosas como que «los inmigrantes ocupan ya una de cada cinco viviendas en alquiler gestionadas por el Gobierno vasco, un porcentaje muy superior al de su peso demográfico», que supone el 6% de la población vasca. Verdades a medias, típico de ciertos editoriales . ESK nos enseña que «si tomamos la franja de personas en edad de emancipación (entre 20 y 39 años), encontramos que el peso demográfico de los inmigrantes es mayor de esa cifra. De hecho, el 56% de la población inmigrada se encuentra en esas edades, frente al 26% de los ‘autóctonos’. Estos datos deben servir para reconocer la inyección de juventud y vitalidad que la inmigración aporta a una sociedad envejecida como la nuestra. Y también para derribar el prejuicio de que las personas inmigrantes se benefician desproporcionalmente de los sistemas de protección social. (El Correo, Miguel González Martín, 2009-11-18)
NOS QUITAN EL TRABAJO
Datos reales: Las personas inmigrantes nos evitan estos trabajos: «(año 2006) 22,5% en el servicio doméstico; 16,8% en la industria; 15,6% en la construcción; 14,8% en el comercio; 8,2% en la hostelería, 2,8% en agricultura, ganadería y pesca; el 20% restante se repartía entre: otros servicios a empresas (6,5%), actividades sociales y servicios personales (3,9%), educación (3,3%), etc.
Si nos fijamos exclusivamente en las mujeres inmigrantes, estos son sus trabajos: «empleo doméstico. Había 15.280 extranjeras en este sector, que representaban en 2006 más del 98% del empleo en el trabajo doméstico y más del 80% de todas las extranjeras con empleo. Otro dato muy significativo es que solo un poco más de 5.000 estaban dadas de alta en la Seguridad Social, es decir, que las dos terceras partes trabajaban en condiciones irregulares. Los números cantan: 15.280 extranjeras realizando ese trabajo a razón de 43 horas de trabajo semanal, implicaban más de 31 millones de horas de trabajo doméstico» (anteriormente realizadas por mujeres vascas (y algún hombre) que se han incorporado a otros ámbitos laborales remunerados).
LOS INIMIGRANTES SALEN CARÍSIMOS PORQUE SE GASTAN CASI TODO EL GASTO SOCIAL
El gasto público social (educación, sanidad, inserción social, vivienda y Departamento de Inmigración) estimado para la población inmigrante en 2006, asciende a 233,9 millones de euros en la CAV. Este importe supone el 4% del gasto público social de las administraciones vascas y se corresponde exactamente (4%) con el peso de la población extranjera (85.542) sobre el total (2.133.684).
La aportación fiscal de la población inmigrante en 2006, considerada a través de las rentas de trabajo, es superior en un 23,5% a la de la población nativa. Relacionando este punto con el anterior, las cuentas dicen que si cada inmigrante absorbió 76 euros más que cada persona nativa en gastos sociales públicos, aportó en cargas fiscales 1.097 euros más.
LOS INMIGRANTES AGOTAN LAS PRESTACIONES DE DESEMPLEO Y LAS SOCIALES
A las personas trabajadoras extranjeras extracomunitarias perder el empleo les causa un perjuicio mucho más grave que a las autóctonas, puesto que su situación de estancia regular en el país va indisolublemente unida al empleo. Durante el pasado año y lo que llevamos de este ha aumentado la denegación de la renovación de los permisos de residencia por causas como las siguientes: no tener cotizado el periodo mínimo necesario para renovar, que como regla general es de seis meses por año; no tener un contrato de trabajo que garantice la continuidad de la relación laboral en el momento de renovar; que la empresa que ha hecho el contrato que se utiliza para renovar no disponga de los medios suficientes para garantizar las obligaciones derivadas del contrato (pago de los salarios y cotizaciones a la Seguridad Social).Los residentes en hogares cuya persona principal es extranjera pasan de suponer un 3,4% del total de personas en situación de pobreza real en el año 2000 a un 41,7% en 2008. Aunque ya se observa un salto llamativo en 2004, con un 18,6%, el incremento más sustancial de la población residente en hogares de extranjeros en las situaciones de pobreza real se da entre 2004 y 2008”. Esta pobreza impuesta sí que está generando una mayor incidencia de personas inmigrantes entre los perceptores de Renta Básica (ahora llamada Renta de Garantía de Ingresos) y las Ayudas de Emergencia Social. En Vitoria-Gasteiz, las personas extranjeras constituirían en la actualidad el 53,9% del total de perceptores de las AES y el 43,6% en el caso de la Renta Básica. En otras partes del País Vasco estas tasas pueden oscilar entre el 30% y el 40%. En cualquier caso, hasta el año pasado en que irrumpe la crisis económica, el patrón de comportamiento de la gente inmigrante perceptora de RB y AES, mostraba un tipo de unidad de convivencia (familia, en muchos casos de un solo miembro) que percibía estas prestaciones por cortos periodos de tiempo. Eran una ayuda para salir del paso mientras encontraba empleo, cosa que hacía con cierta facilidad.
No somos racistas pero…
El Observatorio Vasco de la Inmigración, Ikuspegi, viene constatando en sus estudios sociológicos que la tolerancia de la población autóctona de la CAV ante el fenómeno de la inmigración está retrocediendo. Concretamente en el estudio difundido el pasado verano aparecía que un 6,4% de vascos y vascas autóctonos (punto y medio más que en 2008) consideraba este fenómeno social de la inmigración como un problema personal (en el sentido del perjuicio que le puede causar la gente inmigrante). Este repunte de recelos se basa en toda la panoplia de falsos tópicos que cimientan actitudes xenófobas: que la llegada de personas que vienen a vivir y trabajar perjudica más a la gente pobre; que los sueldos bajan como consecuencia de la llegada de ciudadanos/as de otros lugares; que las personas extranjeras se benefician excesivamente del sistema de protección social; que su llegada afecta negativamente a la seguridad ciudadana o que los y las inmigrantes pagan menos de lo que reciben.