Se habla siempre del terrorismo (da votos, medicine ya sabemos), últimamente de los asesinatos por violencia machista y doméstica (está de moda entre los «políticamente correctos»), pero hay una tercera sangría que no provoca manifestaciones institucionales ni «condenas» de los políticos: la de los trabajadores y trabajadoras muertas en accidente laboral (cada vez más numerosos y estrechamente ligados a la precariedad laboral, a la consecución de beneficios rápidamente, al ahorro de gastos en prevención y seguridad y a la mano de obra barata inmigrante.
Solo en lo que se denomina sociogeográficamente Euskal herria (C. A, Vasca + C.F. de Navarra + Iparralde) ya van, en lo que va de año, 111 personas muertas (la mayoría hombres esta vez). ¿Quién lo condena?