Ayer mismo ponía una noticia de una mujer muerta en mi ciudad, symptoms Vitoria-Gasteiz pero hoy me he enterado que aunque al principio parecía tal y como lo contaba, price por lo visto las últimas investigaciones apuntan a dos: o un suicidio pactado o que él pensaba suicidarse y ella murió al estar junto a él (o tras él, generic order tratando de impedirlo). Por tal motivo esa muerte sale del listado de Violencia Machista.
Sin embargo el número de mujeres asesinadas no disminuye porque también anteayer otra mujer era asesinada en Murcia.
Ocurrió el día 26, en Los Belones-Cartagena (Murcia) . Antonio F. E,, de 56 años enviaba un sms a un familiar en la que decía: «Yo ya la he matado; ahora es cosa vuestra». El mensaje no mentía, Jennifer Peralta de Armas, de 34 años aparecía brutalmente apuñalada en su domicilio. Por lo visto las discusiones, malos tratos…eran frecuentes en la pareja y en los últimos tiempos ella incluso había abandonado el domicilio unos días para ir a casa de unos familiares, habiendo vuelto el pasado domingo.
Fue Andrea, hija de Yeny y una anterior pareja, la que encontró el cadáver de su madre muerta por al menos 10 puñaladas en el abdomen.
El asesino huyó pero hoy día 28 se ha entregado ala policía.
Se da la circunstancia que una trabajadora de un negocio situado justo enfrente de la vivienda se alarmó ante los gritos que procedían de la casa y alertó a las Fuerzas de Seguridad. Varios agentes de la Guardia Civil se presentaron en la vivienda, pero se marcharon al rato tras comprobar que los ánimos se habían calmado. Poco después, se cometía el asesinato.
Con esta mujer asesinada, son ya 4 las mujeres asesinadas en lo que va de año por sus compañeros o excompañeros . Siguiendo la campaña UNA POR UNA esta entrada TRES POR UNA visibiliza una vez más a mujeres de los siglos anteriores al siglo XX, desconocidas por el público en general probablemente por su condición de mujer, pero tan importantes como cualquier premio nobel, varón, de las mismas épocas. No deben caer en el olvido tampoco. En este caso este pequeño resumen está sacado de un libro de CARLOS CÉSAR ÁLVAREZ (“Mujeres singulares”, que puede adquirirse en la web en el siguiente enlace: http://ccalvarez.bubok.com ) y trata de la historia de una de las muchas mujeres que pro su condición de mujer no podían realizar muchos trabajos, como el de marinero, por lo arriesgaban incluso su vida disfrazándose de hombres. (podéis ver otro listado en el siguiente enlace)
ANNE JANE THORNTON, “marinero” (Gloucestershire (Inglaterra), 1817 – 1877)
En el siglo XIX no fueron infrecuentes los casos de mujeres que embarcaban
disfrazadas de marinos, la historia de Anne es una de ellas.
Desde los 5 años vivía en Irlanda, donde vivió con su padre, un próspero comerciante de la ciudad de Donegal. A los quince años conoció a un estadounidense, el capitán Alexander Burke, de quien se enamoró. Puesto que él dejó la ciudad para regresar a Nueva York, Anne Jane decidió seguirlo.
En compañía de una sirvienta, y disfrazada de hombre, obtuvo primero un pasaje para Inglaterra y de allí emprendió viaje a Estados Unidos enrolada como marinero en un barco.
Tras llegar a la costa americana y caminar más de 70 millas en busca de su amor, se enteró de que él se había casado recientemente.
Sin tener ningún otro ingreso, tuvo que conservar su disfraz de hombre para ganarse la vida y logró un puesto como cocinero y mayordomo a bordo de un barco. Durante dos años Anne pudo engañar a todo el mundo sobre su verdadero sexo hasta que, estando en Portugal, un marinero se percató de su identidad femenina pro casualidad. Intentó chantajearla a cambio de relaciones sexuales pero ella se negó por lo que fue delatada al capitán que le obligó a seguir trabajando con los hombres. Poco a poco el rumor se extendió entre el resto de la marinería y antes de llegar a Londres al parecer fue violada por varios de los marineros.
Finalmente, con ayuda del alcalde de Londres, pudo regresar a casa de su padre.
Su historia inspiró la balada “Female Sailor Bold”.
En esa época, la presencia de mujeres disfrazadas de marineros era tan habitual que hasta se hacían chistes sobre ello a nivel popular.