El otro día leía en La vanguardia este artículo sobre mujeres españolas convertidas al Islam y la forma que tienen ellas de ver el tema del velo, sale me parece interesante ver esta otra postura. Son mujeres convertidas siendo adultas ya y la forma que tienen que de ver la religión es muy distinta por ello; ¿qué opináis?:
Laura Díaz tiene 32 años. Es catalana. Está bautiza, therapy ha hecho la comunión y ha sido confirmada católicamente. Está casada con un musulmán y se ha convertido al Islam hace un año. Mari Bores tiene 27 años y también es catalana. Estuvo durante cinco años viajando por Egipto y se casó con un egipcio. Al poco de divorciarse se convirtió al islam. Antes era atea.
Ambas llevan el velo voluntariamente y están orgullosas de profesar la religión predicada por el profeta Mahoma. Una decisión tomada por su propia convicción que les ha afectado tanto a sus vidas personales como profesionales. «Después de ponerme el velo tengo que explicar mi vida y mis acciones…personas conocidas me paran y te preguntan por qué te pones el velo o si me han obligado hacerlo», cheap relata Mari. «Sigo sintiéndome catalana y española y lo único es que he adoptado la religión musulmana», explica Laura, que se ha encontrado con algunas dificultades para encontrar trabajo por llevar el velo.
«Cuando alguien tiene una reacción negativa en contra de nosotras tiene el prejuicio de que somos mujeres tontas, sumisas y entonces cuando respondo en castellano y catalán muy educadamente se quedan parados y se dan cuenta que no están hablando con ninguna persona tonta ni sumisa», afirma Laura.
Tópicos religiosos
Para ellas el islam no es un retroceso sino «una continuidad que nos han abierto las puertas» y aseguran que la mujer en esta religión no está sometida. «Se profundiza muy poco en el islam. Hay sociedades cristianas y judías en el mundo que son muy machistas. Hay una venda tremenda con el Islam», asegura Laura, quien añade: «El Islam prohíbe la coacción en la religión y tengo mi propia independencia». Una tesis que también defiende Mari: «El Islam da muchísimos derechos a la mujer y diferencia entre hombres y mujeres porque somos diferentes pero no las priva de derechos. Es una visión bastante equivocada por tópicos y lo que pasa es que se mezclan la cultura árabe que es machista al igual que la cristiana, la judía o la atea».
Caminos distintos
Son amigas pero encontraron el camino del Islam por caminos distintos. Laura llegó a esta religión al mismo tiempo que leía la Biblia y «profundizando en la fe y en las dudas». «Por supuesto no creo que Jesús creyera en la fe ciega y la fe se ha deformado. No es cierto que tengas que creer indiscutiblemente sin dudar. El Islam te dice que tienes que razonar la fe y sentir algo en tu corazón y pasarlo a tu mente», indica Laura. Para Mari las nuevas tecnologías tuvieron su importancia para convertirse al islam: «Me bajé el Corán en MP3 y cuando lo escuché fue maravilloso y me sentía en paz. Luego indagué en el tema y fue por convicción». La manera de relacionarse con su entorno familiar y el de los amigos también ha cambiado. «La familia lo que al principio piensa es que si has conocido un hombre musulmán lo haces por él y esto es algo que cuesta entender hoy en día. Lo he hecho por mí porque estoy convencida», asegura Laura.
Para Mari a su familia también le «cuesta más aceptarlo y no lo entienden bien» pero matiza que «es porque no se conoce mucho esta religión». Mari y Laura aseguran que actualmente hay muchas mujeres catalanas que se han convertido al Islam y ante esta realidad ya planean crear una asociación de mujeres catalanas que hayan adoptado esta religión. «Es cuestión de tiempo y tengo mucha esperanza que la situación se normalice y aprendamos a convivir juntos», concluye Mari.