Los impulsores de esta iniciativa han constituido la plataforma «Erabaki (Decidir)» se fijan como objetivo lograr «la capacidad de decidir nuestro futuro como sociedad y como pueblo». Su objetivo es recabar apoyos a través de la web y organizar una «gran movilización ciudadana» en favor del derecho a decidir el próximo 10 de febrero en el Palacio Kursaal.
Representantes de distintos ámbitos culturales y sociales vascos han presentado un manifiesto, suscrito por 80 personas, en el que se reclama el derecho a decidir «para abrir el camino de la paz y de la normalización». Su título es: «Queremos decidir y vamos a decidir!», www.erabaki.nireblog.com.
En el acto de presentación han estado el periodista Julio Ibarra, la ex directora de Emakunde Txaro Arteaga, el presidente de la Fundación Sabino Arana, Juan María Atutxa, el coordinador general de Lokarri, Paul Ríos, o el profesor de la UPV, Ramón Zallo, aunque entre los firmantes también están, entre otros muchos, el escultor Néstor Basterretxea, la escritora Toti Martínez de Lezea, el bertsolari Andoni Egaña, el levantador de piedras Iñaki Perurena o los periodistas Xabier Euskitze y Josu Loroño, todos ellos, procedentes «de diferentes ámbitos» y con su propia «manera de pensar, sentir, de imaginar».
Su objetivo es recabar apoyos a través de la web y organizar una «gran movilización ciudadana» en favor del derecho a decidir el próximo 10 de febrero en el Palacio Kursaal.
El manifiesto, leído por Arteaga e Ibarra, señala que «todas las personas tienen derecho a ser consultadas sobre los problemas que les afectan y todos los pueblos tienen derecho a decidir libremente su futuro» y, por ello, el pueblo vasco, «como uno de los pueblos más antiguos de Europa, tiene derecho a decidir libremente su propio futuro, de conformidad con el derecho de autodeterminación». Sostienen que el ejercicio de este derecho puede ayudar a lograr la paz «basada en un final dialogado de la violencia» y «propiciada por la manifestación inequívoca de ETA de abandonar la lucha armada». Esta paz debe estar «sustentada en la defensa de todos los derechos humanos para todas las personas, sin excepción» y acompañada de «gestos de humanización, la desaparición de todas las expresiones y manifestaciones de violencia y la reconciliación de la sociedad basada en la consideración y la memoria de las víctimas de toda violencia». Aboga por una consulta «desde el respeto a las decisiones adoptadas por los ciudadanos, desde la pluralidad de sentimientos de pertenencia y de opciones políticas legítimas y desde la libertad para defender y materializar en igualdad de condiciones cualquier aspiración individual y colectiva, incluida la opción a disponer de un estado propio, por vías, única y exclusivamente, políticas y democráticas». Los miembros de «Erabaki» sostienen que la normalización implica también la derogación de la Ley de Partidos y «la restitución de los derechos civiles políticos a todos los ciudadanos».