IBASQUE.COM

ONGI ETORRI

Pactos para la infidelidad de la pareja. Más allá de los pactos

Ago 5, 2008

Capítulo final de esta serie de entradas sobre los “Pactos para la infidelidad de la pareja” del colaborador LOM (psicólogo).

En esta octava entrada hablamos entramos en la 5ª fase de los pactos. Pacto total, viagra order pareja llamada liberal (o similar). Una fase que puede darse como consecuencia de pactos anteriores o por sí sola. Entramos en la fase de pactos social, order comprometido, denture que implica a varias personas pero de una forma pactada. Algo más común de lo que la gente estima generalmente.

Podéis ver el resto en estos enlaces:
—Introducción-1: Introduciendo el tema
—Introducción-2: Continuando la introducción
—Segunda parte. “Hagamos un sexpacto, cariño
—Segunda parte-2. Pactos sexuales dentro de la pareja
—Tercera parte-1. Los cuernos que yo pongo. 1ª y 2ª fase
—Tercera parte-2. Tercera fase. Pacto fruto del deseo de ambos
—Tercera parte-3. Cuarta fase. Tu pecas y yo peco
—capitulo Final: Quinta fase. más allá de los pactos

QUINTA FASE: MÁS ALLÁ DE LOS PACTOS

(o cuando la pareja se quiere hacer liberal y común).

A esta fase se llega por distintas maneras y como ya hemos señalado, no es necesario haber pasado por las fases anteriores. Cuando la pareja llega a un pacto de permitirse esos deslices por placer o morbo pero porque previamente han hablado, han avanzado como pareja, se hablan o son sinceros el uno con el otro o no hay problemas especiales de pareja ni infidelidades o amantes…. pero sí deseos compartidos, se puede llegar a aceptar ese tipo de pactos pero seguramente, previo a ello, han planteado distintas situaciones, se han contado fantasías, se han planteado otras alternativas, han tenido algún juego erótico con amigos o parejas, conocen a parejas liberales o se han planteado intercambio de parejas etc…
No se busca un pacto para que cada cual campee a sus anchas sino para hacer cosas en común (eso no significa que no se permitan por separado que también, sólo que no es lo preferente). Hacerse pareja liberal en este caso es dejar de buscar lo independiente para alimentar lo común, es valorar la pareja por encima de la libertad individual. Es pactar para compartir no para vivir experiencias aparte y por todo ello, a diferencia del resto de las fases.. cada miembro de la pareja conoce lo que realiza el otro miembro en gran parte porque lo practican juntos y porque aún cuando sea una experiencia individual, no hay nada que ocultar a la pareja y puede expresarse en gran parte o incluso haber estado preparada por los dos.

En estos términos el pacto puede ser una consecuencia de otras prácticas sexuales que sí han realizado en pareja y el objetivo del mismo no es tanto, como en el resto de las situaciones mencionadas, el que cada cual tenga su vida propia oculta o su “libertad” de ejercer como el de compartir en común experiencias, fantasías o deseos. En esta situación, se puede jugar en pareja, se puede desear un trío o un bang gang (varias personas a la vez con uno o una), un juego lésbico o ir a clubs liberales, dar un regalo sexual al otro o tener sexo al lado de otra pareja viéndolo, hacer sexo en grupo, hacer dogging (sexo al aire libre con otros mirando por ejemplo) jugar a sexo y fantasías entre los dos, hacer intercambio de pareja (swinging), compartir amigos o amigas especiales con derecho a roce, etc….. No es que tenga que hacerse todo pero sí se llega a distintas prácticas donde lo principal es la pareja y no la vida propia aparte de ella. En este caso un pacto es como un añadido más, no el principal, un añadido que se ofrece al otro pero que realmente no es el objetivo de ninguno de los dos. Ellos gozan juntos, se sienten cómplices y disfrutan en común, evolucionan en sus deseos en común sin alimentar el individualismo sexual por mucho que sea “solo sexo” como se dice. Se dan mutuamente no se buscan la vida cada cual por su lado. Se viven juntos morbos y vicios de placer…

Estas prácticas por muy habladas o decididas por ambos no significa que sean preferentes para ambos miembros por igual y de hecho, lo habitual es que sea uno el que lleve o vaya forzando hacia ese camino. Si ambos lo están… ¡bien!. ¡genial! pero siempre debemos contar con lo dicho al principio ¿están sanos, equilibrados, no tienen rollos secretos, insatisfacciones no reconocidas, conflictos con los deseos, problemas personales o del compromiso con pareja,…etc…..?, no es fácil, nunca.. Pero es un camino distinto donde se comparte en vez de separar mundos, donde se permite al otro pero no como exigencia de que yo quiero mi vida aparte o de que allá tu yo necesito estos desfogues.

Curiosamente, parejas que en nada son liberales en este sentido pero uno de los miembros mantiene amantes suelen acabar realizando estas prácticas cada vez mas morbosas con el amante (tríos, intercambio de pareja, juegos de sexo con desconocidos y con el amante o juntos, etc..) en vez de trabajar el tema con su pareja y avanzar juntos. Otras veces, parejas con un pacto como los mencionados usan a los desconocidos o desconocidas que se conquistan para proponerles juegos con otras personas a su vez o para acabar siendo amantes de interés o practicar esos tríos o juegos morbosos. Acabando exactamente igual que las parejas con amante que no tienen pacto.

Ese es el problema. El pacto no presupone cambio alguno, no presupone liberación alguna ni siquiera complicidad de pareja. Muchas más veces es, bajo el pretexto de solo sexo, alimentar el orgullo propio, el egoísmo y engordar su yo personal narciso aparte de su pareja lo que acaba llevando, con el tiempo, a la degeneración de las conductas promiscuas, la adicción al ligue o al “folleteo” con desconocidos, el amante comprometido y la pérdida de intimidad real de la pareja con el aumento de una vida aparte que si bien no tiene que llevar a la ruptura de pareja no refleja precisamente una estado de satisfacción y equilibrio de la misma. No se puede sostener mucho un pacto así si no evoluciona de algún modo.

Evidentemente, la pareja que llega a esto puede haber venido no solo de una reflexión seria y un proceso de liberación adecuado y de compartir sino de la práctica de infidelidades varias. Es decir, practicar esto en pareja no presupone que la pareja haya sido siempre fiel o todo este bien entre ellos. A veces se llega por las mismas razones que hemos mencionado en las fases anteriores, deseos ocultos, vicios no confesados, obligado por la pareja, asumido por no haber otro remedio o como para salvar la pareja.. Ser liberal no supone ser mejor, ni amar mejor, ni ser mas comprometido o ser mas sano necesariamente pero es mejor que ser convencional con pactos que esconden otros asuntos… Esa es una diferencia. Lo sano es si el pacto apoya la unión de pareja, lo común o si por el contrario apoya el individualismo, el ir a su bola, lo aparte del otro.

Ser liberal no es mejor que no serlo, ni una pareja convencional es peor que la que no lo es o una pareja liberal necesariamente ama mejor que una clásica y con perjuicios sociales establecidos. Nada se puede afirmar. Hace poco un conocido comentaba en plan jocoso que en la vida hay un 10% de hijos de puta y que ese 10% te lo encuentras en todos los sitios y lugares, liberales o no, cultos o incultos, en el norte o en el sur, “pacteros” o sin pacto. Amantes o esposados… siempre hay un 10%
Finalmente hay un aspecto clave en todo esto que no debe dejarse de considerar:. La vida social…
Vivimos en sociedad, decimos que en la ciudad nos conocemos todos tarde o temprano o que el mundo es un pañuelo. Todas las prácticas, pactos o lo que sea que se realizan en pareja acaban siendo de conocimiento de otras personas. A saber, los amantes ocasionales de cada cual, sus conocidos, las parejas o desconocidos del trío, los amantes estables y las personas conocidas de todas ellas que a su vez tienen su pareja o circulo de amistad o confidencia… En conclusión es extraño que los encuentros sexuales (a lo mejor permitidos en esa pareja) no acaben saliendo a la luz por el tipo de práctica. Esto en parte es debido a que esos amantes ocasiones se encuentran frecuentemente en el mundo nocturno de bailoteo y copas y de fiesta, (aunque ese mundillo es el más numeroso de las infidelidades o encuentros secretos)…, se dan también en otros foros como compañeros y compañeras de trabajo, sitios de encuentro por Internet, foros o Chat, profesionales y comerciales con los que te rozas por cuestiones de ocio o de consumo, el “butanero” o el “fontanero”, (permítanme la licencia graciosa, sin ofender a la profesión…). La gente se va de la lengua, la gente observa, la gente interpreta y se corre la voz…Puede que no te pillen (a veces si, claro) pero lo presienten, lo saben de corrillo o se lo han contado. Se pasa la voz y el último en enterarse es la pareja.

El que se sepa o te hablen de ello sobre ti o tu pareja no es problema si tú lo tienes claro pero tus amigos y familiares no tienen por qué tenerlo y con ellos también hay compromisos. No vale decir “es mi vida”…. Porque vivimos juntos. No se puede decir que cada cual haga lo que quiera con su vida porque los demás tenemos sentimientos y para egoismos ya tenemos bastante. No se puede decir “a ti que te va en esto”…ni “es mi vida”, o “paso de todos, yo a lo mio”… Con frecuencia oyes, escuchas, y bajo el pretexto de la libertad individual o que a ti no te afecta…, callas o solo criticas. Pero los actos traen consecuencias y es responsabilidad nuestra saber gestionarlas aunque no siempre sea fácil y no sepas cual es la barrera, el límite donde entras en la libertad del otro. ¿Dónde acaba tu compromiso y empieza el del otro? Cuando existen lazos es difícil desprenderse o desentenderse de las cosas. Eso pasa en sociedad ¡Cuantas veces los amigos tienen que morderse la lengua para no decir lo que saben!

No puedo dejar de terminar con una historieta chistosa y clasicota que me han enviado por email:
Una mujer se despierta durante la noche y descubre que su esposo no está en la cama. Baja las escaleras en busca de su marido, lo encuentra sentado en la cocina, con una taza de café en la mano El parece ensimismado en sus pensamientos, mientras fija su mirada en la pared.
Ella observa que le cae una lágrima de un ojo, mientras bebe un sorbo de café.
– ¿Que te sucede, querido?, -le susurra, mientras entra a la cocina-, ¿por que estas aquí a estas horas de la noche?
El marido deposita la taza de café sobre la mesa, la mira y le pregunta en un tono solemne:
– ¿Recuerdas 20 años atrás, cuando nos comprometimos, que tu sólo tenias 16 años?
– Si lo recuerdo como si fuera ahora.
El marido hace una pausa. No le vienen las palabras fácilmente…
– ¿Recuerdas cuando tu padre nos pilló haciendo el amor en el asiento trasero de mi coche?
– Sí, me acuerdo, dice la esposa dejándose caer en una silla a su lado.
El marido prosigue:
– ¿Recuerdas cuando me apuntó a la cara con la escopeta y me dijo: “te casas con mi hija, o te envío a la cárcel por 20 años”?
– También me acuerdo de eso, le contesta ella con voz suave….
El marido se seca las lágrimas de la mejilla
y dice:
– ¡¡¡Hoy hubiese salido libre…!!!

Me temo que los pactos ayudan a la libertar perdida pero el hecho de necesitar esa libertad ¿no indica ya mismo que no se tiene? Y por otro lado, los pactos, ¿no permiten superarse y crear una pareja nueva?
O quizá.. solo marcan maneras de escaparse…

Por mi parte, agradecer a LOM este estudio redactado de una forma sencilla y amena con el fin de poder abierto a cualquier clase de público.

Pactar o no pactar…he ahí la cuestión. Dejo una pregunta…. si uno está enamorado,  ¿se puede pactar?. Yo creo que no, en ese estado biológico-mental, no existe campo para el pacto.