Cuarto capítulo del trabajo de Lom sobre los “Pactos para la infidelidad de la pareja». Podéis ver el resto en estos enlaces:
—Introducción-1: Introduciendo el tema
—Introducción-2: Continuando la introducción
—Segunda parte. «Hagamos un sexpacto, allergy cariño»
Continuación 2ª parte: Pactos sexuales dentro de la pareja
Existen otros pactos para permisos de tipo sexual pero son dentro de la pareja, order quizá conviene señalarlos un momento antes de entrar en harina:
Tipo A Pactos internos entre los dos: esto son acuerdos donde sólo los dos miembros “juegan”. Por ejemplo, anabolics recuerdo una pareja cuyo pacto es un día si y otro no siempre te doy sexo y que lo cumplen a rajatabla, otro puede ser hacer pequeñas fantasías de sexo solo entre ellos como algún tipo de exhibicionismo, juegos en lugares públicos, ropa sexi,..juegos sexuales caseros, apuestas que se cumplen, juegos de fantasía como favorecer la provocación a extraños, dejarse ver con el beneplácito de la pareja disimuladamente, fardar de “hembra” o de “macho” por la calle, hablar cosas como “¿Qué le harías a esa tía buena (o tío bueno) que pasa si pudieras eh?” entre risas y morbo de saber que es fantasía y que no se realiza y otros juegos propios como ser tu putita o tu esclavo, úsame o similares.. etc.. La característica común a todo juego y fantasía en este caso es que se ciñe exclusivamente al otro miembro de la pareja. Los otros no son ni participan en todo caso son meros objetos de la escena que crea o fantasea la pareja. En estos juegos las parejas, pueden ser muy convencionales, clásicas o poco liberales sin más.
Valéríe Tasso en su “antimanual de sexo” distingue la fantasía del deseo siendo éste el que se cumple o se trata de llevar a la realidad mientras que la fantasía queda en uno mismo o en su caso en el mundo intimo de la pareja sin que tenerla suponga un impulso necesario hacia su realización. Pues bien, este tipo de pacto y este tipo de pareja convencional que lo ejerce pueden tener muchas fantasías para su juegos pero su deseo se circunscribe en un campo personal y exclusivo de la pareja sin ir mas allá . Sus deseos están en el otro, sus fantasías no llegan a ser deseos que llevar a la realidad de sus vidas Es libertad solo conmigo
Tipo B Pactos para jugar fuera juntos: En este tipo de pactos se entiende que se incluye el anterior que puede ser por donde comienzan sus juegos pero se añade que se puede “jugar” con el morbo y el sexo fuera de los miembros de la pareja. Recordando la distinción de fantasía y deseo, aquí si se tiende a llevar al deseo (y por tanto al impulso por ejercerlo en la realidad), las fantasías morbosas que tiene la pareja o sus miembros. Ya no es un acuerdo interno que sólo se dirige al otro exclusivamente sino que se empiezan a incluir a otras personas en los juegos, quizá inicialmente de manera virtual pero evolucionando a ejercerlo de manera real mediante prácticas como acudir a clubs de contactos, el intercambio de parejas, hacer un trio con otra persona, etc. Pero siempre se juega en común, es un juego de los dos miembros con otras personas y por tanto compartido en todo momento. Estos pactos son mixtos, por un lado juegan los dos miembros de la pareja y por otro se incluyen otras personas pero nunca fuera de la pareja .Es libertad con otros conmigo
Tipo C Pactos para jugar fuera sin el otro: A diferencia del anterior en este caso el factor dominante del juego es que se ejerce fuera del otro miembro de la pareja. No es un juego de pareja como tal, sino un permiso para jugar “aparte de ti”, para tener tu mundo o tu rollito fuera del mundo de la pareja… Digamos que las fantasías que se tienen, se traducen a deseo y hacerlas realidad, pero aparte de la pareja, es decir, con otros. Hasta el punto en que incluso fantasías de estar con varias personas o de un trio no se piensan preferentemente con la pareja sino con otros desconocidos ajenos a la misma (lo que no quita que se puedan ejercer algunos con la pareja sin que este sea realmente el “leif motiv” principal) Es más una libertad no compartida que permitida. Como es lógico, lo normal es que históricamente hayan pasado primero por el pacto tipo A y puede darse el caso de que se lleguen a estos acuerdos a partir de ejercer el tipo B como un paso más de conducta liberal entre ellos como pareja aunque no es habitual que suceda incluso entre esas parejas liberales puesto que el salto presupone una pérdida de control (seguridad, confianza, complicidad…) importante que en el caso del tipo B se mantiene en gran medida. Pueden llegar incluso a compartir sus aventuras después sin expresión de celos o simplemente a pactar no decirse nada sobre las andanzas de cada cual. Por otro lado, es muy probable que pueda darse sin haber pasado por el tipo B y un proceso compartido de morbo o deseos y que se llegue al mismo por otras razones o factores ajenos a una conducta liberal y de permiso compartido y real; dentro de una pareja que en realidad sea convencional o clásica (deseos ocultos de uno de los miembros, querer independencia del otro, insatisfacciones, promiscuidad deseada no conocida por el otro, amantes previos,…) Este tipo, en este caso, es una forma de hacer lo que quiero sin rendir cuentas, evitar que el otro sepa de verdad todo y reducir los celos por el desconocimiento y el no control. Se dan el permiso pero no se dicen lo que hacen ya que eso puede escocer y no interesa. Y es en este caso cuando un pacto tipo C en vez de reflejar una evolución liberal puede reflejar otro tipo de problemática personal y de pareja que lo hace muy arriesgado pese a que la norma sea el no control. Y es de estos precisamente sobre los que quiero escribir. Es libertad con otros sin ti
Llegar a pactos con tu pareja donde se permitan conductas sexuales de distintos tipos fuera de la misma o sin el control de la otra persona y sin que esto ocasione conflictos es, por la misma culturalización que tenemos, un tanto difícil. La mayoría de las veces esos pactos son forzados por uno de los miembros y es frecuente también que sea debido a la tendencia mas promiscua de uno de ellos que es quien acaba generando el pacto. Esto en si mismo no es que sea malo sino un origen común Desgraciadamente no siempre sirven para avanzar en pareja y pueden desarrollarse aspectos adictivos o promiscuidad sexual que no ayudan al amor o el compromiso. Lo que no quita que circunstancialmente o durante un tiempo el morbo que genera esa situación alimente momentos viciosos, pasionales o intensos en la misma pareja o que se sienta el “ahora te quiero más” que pudiera ser real pero generalmente será una respuesta de compensación que justifica el pacto y evita sentir dudas sobre su utilidad.. Se está jugando con emociones y “energías” muy fuertes que de alguna manera tienen que gestionar. Además generalmente ya están (o han realizado secretamente), esos actos, deseos, engaños y conductas por su cuenta antes del pacto en si mismo. Siendo éste con frecuencia, la solución para ejercer lo que ya ejerce con un permiso, mas que una manera de llegar a algo nuevo .
Estamos hablando, por tanto, de pactos para tener mi independencia aparte de la pareja. Pueden darse lógicamente dentro de una mezcla de pactos de los otros dos tipos que hemos señalado pero también se dan solos.
No se trata de que consideremos la idoneidad de estos procesos ni que condenemos sin mas los mismos. Mas bien, queremos que se reflexione sobre el entramado de situaciones, conflictos y riesgos que pueden darse y de algunas maneras en las que se llegan a realizar: sus normas, sus modos, así como su posible evolución y podemos, como no, ver distintas situaciones que se dan así como repasar algunos aspectos conflictivos de las mismas considerando distintas fases o modos en los que podemos encontrar:
1ª fase: la callada por respuesta
2ª fase: yo lo necesito así que tu verás
3ª fase; Cuando el pacto es deseo especial de uno de los miembros
4ª fase tu pecas y yo peco que da gusto
5ª fase.. Mas allá del pacto o cuando la pareja se quiere hacer liberal y común.
Reflexionemos sobre cada fase ¿tú en cual andas?… (¿o quieres estar pero no hay manera de convencerle/a?)