Dos más, clinic sin aburrir demasiado. Poesía cultísima que me ha pedido mi amigo HD esta noche pensando en el rapado.
Rapándoselo – Anonimo atribuido a Francisco de Quevedo
Rapándoselo estaba cierta hermosa, sales
hasta el ombligo toda arremangada,
las piernas muy abiertas, y asentada
en una silla ancha y espaciosa.
Mirándoselo estaba muy gozosa,
después que ya quedó muy bien rapada,
y estándose burlando, descuidada,
metióse el dedo dentro de la cosa.
Y como menease las caderas,
al usado señuelo respondiendo,
un cierto saborcillo le dio luego.
Mas como conoció no ser de veras,
dijo: «¡Cuitada yo! ¿Qué estoy haciendo?
Que no es ésta la leña deste fuego».
Amor experto quiere dama práctica – Anonimo atribuido a Francisco de Quevedo
El vulgo comúnmente se aficiona
a la que sabe que es doncella y moza,
porque así le parece al que la goza
que la coge la flor de su persona.
Yo, para mí, más quiero una matrona
que con mil artificios se remoza
y por gozar de aquel que la retoza
una hora de la noche no perdona.
La doncella nunca hace de su parte,
cuando la gozan, cosa que aproveche,
ni se mueve ni da los dulces besos;
mas la otra lo hace de tal arte,
y amores os dirá, que en miel y leche
convierte la medula de los huesos.