IBASQUE.COM

ONGI ETORRI

Primavera, Día internacional de la poesía…. (Gioconda Belli)

Mar 21, 2012

Hoy, case todos y todas lo sabemos, cheap cialis comienza la PRIMAVERA en este hemisferio donde me ha tocado vivir.

Parece como que todo se alegra, medic todo se llena de color, el sol luce más amable, el cielo se viste de un azul  brillante precioso..(ese mismo cielo que nos acompaña aquí o a 600 kilómetros), las personas se vuelven más optimistas, más soñadoras…aparecen muchas manos que se entrelazan y bailan al compás de un paso amante, muchos cuerpos que se juntan, aún más desnudos, como si fuera un bodegón de retratos  impresionista…

Primavera es una de esas épocas que incitan a volar, al menos a todos aquellos y aquellas que por fín un día pudimos hacerlo.

Será por eso que este día 21 de marzo se celebra también el Dia Internacional de la Poesía.

Una vez me preguntaron que diferencia había entre una buena poesía y una buena novela y no se me ocurrió otra cosa mejor que decir que la novela buena la vives, la buena poesía la sientes.

La poesía es eso, puro sentimiento, quizá por eso las mejores poesías , las que más calan entre la población en general son las que hablan de amor, de sexo, de cariño, de deseo…

Mi homenaje en este día es eso, una de esas buenas poesias que , ¡ójala!, os hagan sentir. Un sueño fantástico, Esperanza de que alguna vez alguien pueda susurrarte estas mismas palabras al oído:

En la Doliente Soledad del Domingo
Aquí estoy,
desnuda,
sobre las sabanas solitarias
de esta cama donde te deseo.
Veo mi cuerpo,
liso y rosado en el espejo,
mi cuerpo
que fue ávido territorio de tus besos,
este cuerpo lleno de recuerdos
de tu desbordada pasión
sobre el que peleaste sudorosas batallas
en largas noches de quejidos y risas
y ruidos de mis cuevas interiores.
Veo mis pechos
que acomodabas sonriendo
en la palma de tu mano,
que apretabas como pájaros pequeños
en tus jaulas de cinco barrotes,
mientras una flor se me encendía
y paraba su dura corola
contra tu carne dulce.

Veo mis piernas,
largas y lentas conocedoras de tus caricias,
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
para abrirte el sendero de la perdición
hacia m mismo centro
y la suave vegetación del monte
donde urdiste sordos combates
coronados de gozo,
anunciados por descargas de fusilerías
y truenos primitivos.

Me veo y no me estoy viendo,
es un espejo de vos el que se extiende doliente
sobre esta soledad de domingo,
un espejo rosado,
un molde hueco buscando su otro hemisferio.

Llueve copiosamente
sobre mi cara
y solo pienso en tu lejano amor
mientras cobijo
con todas mis fuerzas,
la esperanza

(Gioconda Belli)