El primero de los casos ocurrió el pasado 3 de agosto en Madrid. Según la autopsia Julian Romero, viagra 60mg de 71 años, asesinó a su mujer, Fructuosa Lopez, de 70 años, degollándola con un cuchillo y posteriormente se quitó la vida con la misma arma clavándosela en el corazón.
El segundo caso es del día 6 de agosto, también en Madrid. Ese día Giovanna Silva de Faria, de 38 años, apareció muerta junto al embalse de El Atazar en Madrid. Por las autopsias y las investigaciones parece ser que su expareja, Manuel Antonio G.A., un hombre de 51 años y que tenía una orden de alejamiento presuntamente la acuchilló y ahogó el pasado 25 de julio aunque hasta ahora no se le había detenido y encontrado el cadaver. El cuerpo de Giovanna estaba semienterrado y presentaba varias heridas por el cuerpo. Una vez muerta la llevó en el maletero del coche hasta el lugar donde se encontró el día 6 de agosto.
Además de lo escrito, el pasado 6 de agosto se encontró por fin el cuerpo de Rosa María Torres, de 38 años, que había desaparecido el pasado 14 de mayo (caso 28). Se había detenido al marido puesto que se hallaron restos de sangre de ella en el coche
Con estas dos mujeres asesinadas, son ya 42 las mujeres asesinadas en lo que va de año por sus compañeros o excompañeros (se incluyen tres que no aparecen en las listas del Ministerio (una por estar en investigación la relación entre ambos, otra por haber ocurrido en Alemania (la mujer había huido de Girona donde la buscó y asesinó su pareja y él fue detenido en Girona a su vuelta) y otra porque ocurrió en 2010 pero se creía que había sido un robo hasta que en marzo pasado se detuvo al marido)). Siguiendo la campaña UNA POR UNA esta entrada TRES POR UNA visibiliza una vez más a mujeres de los siglos anteriores al siglo XX. Esta vez cito a una mujer muy importante en la época pero eclipsada, uan vez, por los prohombres de esa misma época. (Resumen de biografía tomada de una web que os recomiendo a los y las interesadas en Historia en general: El templo de las mujeres: http://eltemplodelasmujeres.blogspot.com ). (podéis ver otro listado en el siguiente enlace)
Gertrude Bell (14 de julio de 1868, Durham – 12 de julio de 1926, Bagdad)
Escritora, viajera, politóloga, ligüista y administradora colonial británica. Una reina sin corona.
Gertrude Bell fue la mujer más poderosa de su época y una de las más injustamente olvidadas por la historia. Sus hazañas llegan, incluso, a dibujar las fronteras del actual Irak . Eclipsada por el que fuera su colega y gran amigo T.E. Lawrence (más conocido como Lawrence de Arabia), pocos saben de la existencia de esta mujer que se sentía a gusto viviendo en un mundo de hombres sin ser nunca menos que ellos. Ningún occidental conocía Oriente Medio como ella.
Desde muy pequeña, Gertrude Bell fue sometida a una recia disciplina dada su condición de hija de una de las mayores fortunas de Inglaterra. Eso no evitó, sin embargo, que Gertrude viviera siempre según sus propios designios. Por ello, decide continuar sus estudios, consiguiendo ser la primera mujer que se graduó en Historia Contemporánea en Oxford, con honores, además, y en sólo dos años. Tras su licenciatura, viajó a Teherán, donde su tío, sir Fran Lascelles, era ministro del Imperio Británico. La siguiente década la pasó viajando y empapándose de Oriente. Entre sus muchos destinos Bell siempre encontraba ruinas y tesoros arqueológicos que estudiar, fotografiar y catalogar, convirtiéndose en una de las más destacadas personalidades de la arqueología moderna.
Esos viajes le permitieron hacer amistad con un buen número de personalidades del lugar como jeques, emires y hasta reyes, a los que ella trataba con la exquisitez de una dama inglesa. Y es que por muy duros que fueran sus viajes y por muy lejos que llegara, Gertrude nunca emprendía una expedición sin un voluminoso equipaje en el que nunca faltaban una tienda, hamacas, una bañera, vajillas y, por supuesto, sus carísimos trajes parisinos, de los que era una acérrima entusiasta.
En noviembre de 1915, convertida en una fuente crucial de información sobre Oriente Medio, es llamada para formar parte de la recién creada Oficina Árabe en El Cairo, donde coincide con el que era su gran amigo, T.E. Lawrence. En este puesto no tiene un cargo oficial, pero su trabajo es incesante: primero organiza y procesa todos los datos sobre la localización y disposición de las tribus árabes que podrían ser aliadas británicas en la guerra, más tarde se une al Comandante Pecy Cox, a quien facilita mapas de la zona que ella tan bien conoce que permiten al ejército británico llegar y tomar Bagdad. Gertrude Bell fue nombrada secretaria para Oriente del Alto Comisionado Británico cuando sus compatriotas tomaron Bagdad gracias a su ayuda, convirtiéndose así en la primera mujer del ejército británico con un cargo político.
Sus superiores le encomendaron la laboriosa tarea de estudiar los mapas de Persia, Turquía, Kuwait y Mesopotamia para trazar líneas fronterizas que respondieran al nuevo orden mundial. Sus conclusiones fueron expresadas en la Conferencia de El Cairo de 1921, a la que acudió por deseo expreso de Churchill como experta orientalista y donde se pretendía resolver la presencia de las tropas británicas en la zona.
Hoy en día, muchos expertos en Relaciones Internacionales aseguran que los actuales problemas políticos que atraviesa Irak son fruto de la mano de Gertrude Bell, ya que ella estableció muchas de las directrices del país y ayudó a su creación de forma activa, teniéndose en cuenta muchas de sus opiniones a la hora de trazas sus fronteras y determinar su gobierno.
Tras el establecimiento de la nación iraquí y la coronación de su amigo Faisal como rey, Gertrude Bell se estableció en Bagdad, en el palacio del nuevo monarca. Durante años actuó como confidente y consejera del rey y tan indispensable era en el gobierno de Irak, que era conocida como ‘Al Khatun’ (algo así como ‘dama de la corte que mantiene abiertos los ojos y los oídos en beneficio del Estado). Suya fue la idea de introducir a los líderes de las diferentes tribus del paísen el reinado de Faisal, para lograr la adhesión del pueblo. El rey, absolutamente rendido a Gertrude, la ayudó a lograr el gran proyecto de su vida: el Museo Arqueológico de Bagdad, que crea a partir de su modesta colección personal y que va incrementando con piezas que rescata de manos británicas. Bell fue una audaz defensora de mantener el arte en su país de origen y se opuso efusivamente a los expolios que sus compatriotas llevaron a cabo en muchos países del Oriente Próximo. En su último viaje a Londres se sintió tan fuera de lugar que volvió inmediatamente a Irak. Poco después de este viaje, Gertrude fue hallada muerta en su casa de Bagdad. Se había suicidado con una sobredosis de pastillas dos días antes de cumplir los 58 años. Poco después se inauguraba el Museo que había sido su gran obra.