Esta semana otras dos mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas por esa violencia estructural y personas que convierte a algunos hombres en animales celosos de su propiedad y territorio.
Dos mujeres han sido asesinadas por ello, diagnosis por su condición de mujer y por vivir en un lugar donde todavía hoy la mujer «pertenece» a un hombre, price pensamiento que inunda todavía las mentes de un demasiado número de hombres y de un gran número de mujeres, y que u vez siguen educando a sus hijos e hijas de la misma forma. Mientras no cambiemos esa educación desde que nacemos….no cambiaremos esta sangría. El asesinato machista o de género sí tiene sexo, es mayorritariamente masculino, pero el machismo no tiene sexo, por mucho que ciertas personas (sobre todo mujeres) identifiquen machismo con hombres en un intento de simplificar algo tan complejo como esto. Machistas hay tantos hombres como mujeres, eso cada día lo compruebo, incluso en personas que se consideran a sí mismas feministas.
La verdad es que ya estoy harto de escuchar (sobre todo a mujeres) cómo se identifica machismo con hombres y además generalizando, como si el machismo fuera algo genético que tenmos nosotros. Pues no, señoras y señores, miraos primero al espejo y recordad cómo habeis educado a vuestros hijos e hijas , desde los patucos de colores a los novios o novias,, regalos de Reyes, salir de noche, cosmética, llorar o no llorar y mil millones de pequeños comporatamiento más que conforman la personalidad.
Ahora mismo me dejaría apedrear por todas las personas que no sean ni un poco machistas aguna vez (ni me mancharía la ropa de polvo, os lo aseguro)
Bueno y a lo que íbamos, a visibilizar a estas víctimas de esta sociedad machista.
El miercoles pasado día 12 la policía localizaba el cadáver descuartizado y escondido en un arcón congelador de Mercedes Perez Ruz., de 42 años, en Zaragoza. Dicha localización es gracias a la investigación realizada tras un intento de suicidio del presunto asesino, Vicente S.G., de 57 años, en Cantabria, que confesaba su crimen y permitía el macabro hallazgo
El mismo día 12 otra mujer era asesinada por su expareja en Jerez de la frontera (Cádiz). Mirian T., tenía sólo 22 años y un bebé de un año. El asesino, Miguel J., de 27 años caminaba con ella por la calle, discutiendo, cuando sacó un cuchilló y la apuñaló en plena calle. Ha sido detenido.
Con estas dos mujeres son ya 31 las mujeres asesinadas por sus compañeros o excompañeros en lo que va de año (dos de ellas no incluidas en el listado oficial puesto que desaparecieron y fueron asesinadas en 2012 aunque hasta enero no se detuvo al asesino, otras dos (Zaragoza y Vegalatrave ) por estar en investigación por el Ministerio todavía y otra más porque era cuñada, que se interpuso ante su asesino cuando atacaba a su exmujer). Las muertes han sido en: Andalucía (5 – Jaén(3), Sevilla y Córdoba). Aragón (3 – Zaragoza(*)). Baleares (2 – Mallorca ambos). Canarias (1 – Tenerife). Castilla La Mancha (2 – Albacete y Ciudad Real). Castilla León (2 – Zamora(*) y León). Valencia (3 – 2 en Valencia y 1 Alicante). Galicia (1 – Lugo). Madrid (6). Cataluña (4 – Tarragona, Lleida y Barcelona(**), Pais Vasco (1 – Alava)). (*)en investigación por Ministerio o no oficiales por otras causas)
Siguiendo la campaña que comenzara el IHES AZAHAR (UNA POR UNA) esta campaña de este blog, denominada TRES POR UNA visibiliza una vez más a mujeres de los siglos anteriores al siglo XX.
Esta vez visibilizo una mujer del siglo XIII-XIV, una reina de Inglaterra muy poco conocida. Gracias al blog de “Historia en femenino”, que contiene muchas biografías y que os recomiendo: http://historiaenfemenino.wordpress.com/ .
Isabel Capeto de Francia (París, 1292 o 1295 – 1358)
Esta es una de esas reinas olvidadas de la historia, reina de Inglaterra aunque nacida en Francia. Es conocida como Isabel de Francia, aunque los ingleses, le pusieron un sobrenombre distinto: La Loba de Francia.
Isabel era hija de reyes, del rey Felipe IV de Francia, llamado el Hermoso- y de su mujer, Juana I, reina del por aquella época todavía reino independiente de Navarra. tres de sus hermanos hermanos llegarían a ocupar el trono francés: Luis X, Felipe V y Carlos IV. El ehcho de ser hija de un Rey poderosos marcaba su vida desde su naciemnto: estaba destinada a ser casada con algún principe o rey de algún pais como moneda de cambio paera relaciones internacionales con otros paises.
Ya desde muy joven se concertó su matrimonio con Eduardo, príncipe de Gales, hijo y heredero de Eduardo I de Inglaterra. este matrimonio iba a servir para limar las asperezas territoriales entre ambos paises con algunos territorios que ambos deseaban. Después de unos años de conspiraciones, tras la muerte de Eduardo I se celebró al boda con el ya rey Eduardo II. Él tenía 24 años, Isabel sólo 12.
El matrimonio fue un fracaso, Eduardo ya tenía una persona con quien compartir su vida que no era isabel sino un soldado llamado Piers Gaveston. Desde el principio quedó claro: en el banquete de bodas Eduardo se sentó junto a Gaveston, relegando a Isabel a un segundo plano, y, pocos días más tarde, le entrego a éste las joyas de su esposa, y él se dedicó a lucirlas públicamente.
esta relación homosexual provocó musvhos conflictos hasta tal punto que los nobles ingleses obligaron a Eduardo a exiliar a Gaveston a Irlanda para evitar una guerra civil (pocos meses después regresó a Inglaterra, e Isabel no tuvo otro remedio que aceptar su lugar en aquel triángulo). la nobleza siguió conspirando y en 1312 la guerra civil estalló. Isabel, embarazada entonces de su primogénito, se puso de parte de su esposo. Gaveston fue acorralado por los partidarios del noble y aspirante al trono Lancaster, capturado y ejecutado.
Tras dar a luz a su hijo Eduardo, elrey y marido ya había encontrado al sustituto de su amante: esta vez eran dos: un padre y un hijo, ambos llamados Hugh Despenser, mucho más conspitadores y ambiciosos. ptrobablemente la relacion sentimental fue con el hijo, siendo el padre el asesor de confianza.
Esta nueva relación enfureció aún mas a los nobles contrarios a Eduardo. Esta vez los enemigos creyeron que Isabel era responsable y cargaron contra ella por loq ue, con ayuda Henry de Beaumont, se introdujo en la política del reino.
Una vez más, en 1321, los nobles y el ejército de Lancaster se presentaron a las puertas de Londres y obligaron a Eduardo a exiliar a los Despenser. Tras ello Isabel ayudó a su marido a provocar el inicio de una campaña contra los nobles rebeldes, se le entregó el Gran Sello de Inglaterra e incluso se hizo cargo de la Cancillería Real, algo impensable apenas unos años atrás. Tras una batalla victoriosa de Eduardo en Leeds, hizo regresar a los Despenser de su exilio. Tras la derrota Lancaster se hizo fuerte ern Gales y apoyado por sus nobles
Refugiado en Gales, Lancaster se dispuso a dar el golpe final al rey y a los odiados favoritos, aliándose con varios nobles galeses. En 1322 las tropas de Eduardo II vencieron a los gales y los ejércitos de Lancaster, que fue ejecutado pocos días después de su captura.
Posteriormente Eduardo y los Despenser gobernaron Inglaterra de forma tiránica, confiscando, encarcelando y ejecutando a cualquiera que osase levantar la voz contra ellos, incluida Isabel a la que los Despenser se negaban a pagarle las rentas de sus tierras y confiscaron varios de sus castillos. La situación se hizo insostenible cuando la reina se negó a jurar lealtad a los Despenser y, aprovechando la mala relación diplomática con su país natal, Francia, se le confiscaron todas sus tierras, se arrestó a su séquito francés, y se le retiró la custodia de sus hijos pequeños, que pasaron a estar en manos de sus enemigos.
Humillada y viendo peligrar su vida, la fuerte Isabel decidió actuar: la oportunidad perfecta se la dio su hermano, Carlos IV de Francia, que había confiscado las tierras de Eduardo II en Francia en respuesta al trato dado a su hermana. Eduardo envió a Isabel como embajadora, para negociar un tratado de paz con el rey francés. Era el año 1325. Isabel optó por no volver a Inglaterra y quedarse en la corte francesa, donde, se empezó a reunir con todos los enemigos del rey Eduardoo II que habían podido escapar tras la guerra. Entre ellos estaba el noble galés Roger Mortimer que tardaría poco en convertirse en el amante de la reina de Inglaterra. Eduardo, viendo lo que se le avecinaba llegó incluso a recurrir al Papa para obligar a su mujer a regresar a Inglaterra.
Isabel, con la dote de Philippa, hija de un conde a la que prometió a su hijo Eduardo, sucesor del reino de Inglaterra y otros ingresos de su hermano y nobles, reunió junto a Mortimer a un ejército de mercenarios y en 1326, zarparon desde Flandes con rumbo a Inglaterra. La camña fue espectacular y en pocos días estaban a las puertas de Londres y con más apoyos ingleses recibidos por el camino. Edurado pretendió huir pero fueron capturados por Henry de Lancaster. Hugh Despenser el padre fue ejecutado, descuartizado y arrojado a los perros antes siquiera de haber tenido tiempo a llegar a manos de Isabel. Su hijo también fue capturado, ahorcado, castrado y descuartizado, esta vez sí con la reina y su amante como testigos.
Puesto que EduardoII seguía siendo el legítimo rey y además esposo de Isabel, lo mandó encerrar en la Torre de Londres y reunió a un consejo de nobles y eclesiásticos para que decidiesen el futuro de Eduardo. Días después, el consejo anunció que Eduardo II sería depuesto en favor de su hijo, proclamado Eduardo III por el Parlamento en enero de 1327.
Pero seguía habiendo mucha gente que apoyaba al depuesto rey y pensaban que esa reina, francesa, era una traidora. En septiembre de ese año Isabel fue “informada” de que Eduardo había fallecido en su cautiverio, a causa de un “accidente fatal”. Sin embargo, la creencia popular apuntaba a que ella y su amante habían dispuesto su asesinato , incluso se corrió la leyenda de que lo habían ajusticiado introduciéndole un atizador al rojo vivo por el ano ( recordatorio sádico de las supuestas preferencias sexuales de Eduardo).
Isabel gobernó durante cuatro años como regenta en nombre de su hijo y siempre con Mortimer como su mano derecha. Isabel realizó, mediante matrimonios de sus hijos una serie de pactos con otros reinos. Uno de ellos fue la renuncia al trono escocés, lo que supuso que muchos nobles ingleses perdieran sus tierras, entre ellos el antiguo aliado Lancaster, que al final optó por alzarse en armas contra la corona aunque sin éxito, ya que fue detenido y desposeidos de sus bienes. Muchos nobles seguieron conspirando desde ese momento en la sombra.
En 1330, tras haber ejecutado al tío bastardo del rey, Edmund de Kent, Eduardo III empezó a hartarse de los tejemanejes de su madre y Mortimer. La chispa final estalló cuando en una de las discusiones con Mortimer, éste le contestó que su palabra estaba por encima de la del rey. Eduardo mandó arrestar a Mortimer y, pese a la petición de clemencia de su madre, Eduardo, que contaba con 18 años hizó juzgar por traición a Mortimer, que fue ejecutado al mes siguiente.
Eduardo III decretó el arresto domiciliario de su madre, que duraría cerca de 30 años. Su última etapa de su vida la pasó en paz, siendo visitada frecuentemente por su hijo y sus nietos y donde podía recibir a embajadores, emisarios y cortesanos de todo tipo
En 1358, el mismo año de su muerte, tomó los hábitos de clarisa. Su cuerpo, acompañado del cofre con el corazón de Eduardo II, fue enterrado en la iglesia de Newgate, y sus posesiones pasaron casi íntegramente a su nieto Eduardo, quien nunca llegaría a reinar, pues murió en 1376, un año antes que su padre.