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ONGI ETORRI

¿EL PRIMER SEXTING DE LA HISTORIA?

Nov 1, 2021

Sexting: «Enviar, recibir o reenviar mensajes, fotografías o videos sexualmente explícitos, principalmente entre teléfonos móviles, de uno mismo a otros. También puede incluir el uso de una computadora o cualquier dispositivo digital.»   En resumen, es eso que tantas veces se hace de «¿Me envías una foto sexi, porfaaaa?», «Mi amor, para que veas como estoy de caliente esperándote…»…etc.
Bueno, pues vamos a hablar del que podríamos llamar el primer «sexting» enviado, porque la historia es bonita:

Este es la imagen del primer sexting, lo «envió” la pintora estadounidense, experta en miniaturas, Sarah Goodridge:

Y esta es la bonita y quizá triste historia que lo concibió:
En 1825, con 37 años y ya famosa miniaturista, Sarah conoció a Daniel Webster (de 43 años) al acudir a su estudio a hacerse un retrato. Daniel era un abogado y congresista conservador (luego senador) , uno de los mejores oradores, de mirada magnética, cautivador, al que apodaban Black Dan por su vestimenta negra, pelo negro…

Sarah quedó también cautivada de esos ojos que tan perfectamente plasmó en su miniatura, este es el retrato de Daniel en ese año 1825.

Tan satisfecho quedó que en los años siguientes le mandó hacer hasta 12 retratos a Sarah. Daniel estaba casado y tenía 3 hijos pero lo que está claro es que la relación entre ellos existía, aunque no sabemos hasta donde llegaba (se conservan más de 40 cartas de él a ella pero todas están escritas en tono “correcto y comercial”, de entre los años 1827 y 185, cartas de ella a él no se conserva ninguna). En esa época, las relaciones amorosas entre amantes no se aireaban tan fácilmente y más si él era, además, un senador.
En 1828 Daniel se quedó viudo. Ella se entera y seguramente sus deseos, sus sueños, sus anhelos y su pasión se desbordan pensando en su amante. Coge sus instrumentos de pintar miniaturas y, desnuda ante el espejo, pinta un autorretrato de sus pechos (Sarah tenía 40 años en ese momento).
El lienzo (una finísima lámina de marfil de 8 cm de largo por 6,7 cm de alto) donde plasma sus pechos parece quedarse pequeño, los senos parecen querer salir del mismo, como henchidos de anhelo. Incluso los colores buscan conseguir ese efecto de tres dimensiones que incita a acariciarlos. Este es el estuche completo:

Son colores muy suaves, casi trasparentes, y la forma de las telas sedosas que los envuelven por arriba y abajo consiguen un efecto que ha de llevar al remitente a pensar que ha sido él mismo quien, con su manos, ha apartado esas sedas para dejar al descubierto la simetría perfecta de los dos senos.
Podemos “ver” al remitente como, al abrir la cajita, no puede sino inmediatamente pasar sus dedos suavemente por la lámina, como queriendo notar las curvas perfectas que se le presentan. Y no me extrañaría que las notara, esa y las centenares de veces que volviera a repetir dicho acto.
Recordemos la ápoca, unos tiempos de puritanismo en un país casi recién nacido, en una ciudad, Boston, de vestidos largos y sentimientos expresados cortos. Con este regalo Sarah se “regalaba” por completo demostrando su amor por el senador y además quedaba a su merced (estaban separados por 700 km). Una historia de pasión y anhelo que es ya para siempre en esta obra de arte.
Gracias Sarah.

Este es el primer Autoretrato de Sarah,  en 1825 (con 37 años)

Hoy vivimos en el mundo de la imagen, la imagen lo es todo. Pero cuidado…

Con el sexting, con el deseo entre la pareja, pasa lo mismo que con el resto de la vida tecnológica que llevamos, que el uso lo convierte en lo mejor, o lo peor. En los últimos 50 años el hoy llamado sexting ha sabido reinventarse y especializarse: En un principio las parejas, todavía separadas, se escribían cartas diarias por las dos caras con frases que ni con tres “xxx” bastarían para “categorizar” ese texto lleno de imágenes mentales llenas aromas a excitación (hoy los jóvenes ni siquiera saben qué es un sello).
En un segundo tiempo, los hoy “vintages”, que ya pasan de 60 seguramente, pasaron a aquellas llamadas telefónicas interminables que nunca terminaban por un “cuelga tú, no, tú primero”. Eran, en esas épocas de “hazme tuyo/a con tu voz” , unas “líneas eróticas” particulares que aquellos jóvenes y no tan jóvenes tenían que buscar con paciencia (en horarios y lugares insospechados, acordaos que los móviles son mucho más tardíos y sólo había un “fijo” en casa o alguna cabina telefónica).
Maduritos, pero sobre el medio siglo al menos, son los que llegaron a la primera revolución: los ordenadores, los móviles, los SMS…y los MMS!!!!. Ya podían escribir (y borrar si no les gustaba)y podían enviar dibujitos en el ordenador y el email que lo contenía llegaba de inmediato al amor de su vida!!. Empezaron a enviarse, también las primeras fotos por email, que antes habia que haber escaneado, claro.
La gran revolución de esa época fue el móvil, que ya le permitía hablar en donde quisisiera, a solas, y decir, y hasta gritar, todo ese deseo exhultante que sentía.
Tras ello llegan los SMS que podían enviarse (y se quedaban sin saldo por ello) de forma inmediata, a cualquier hora, con un “te quiero” y…otras cositas más subidas.
A ello se unió pronto la capacidad de los móviles de hacer fotos, aunque fueran fotos tan borrosas que casi imaginaban más que lo que veían de verdad. Y esa fotos podían enviarse, inmediatamente, sin esperar, en ese mismo momento de deseo sin medida…., en aquellos benditos (y carísimos) MMS!!!! (también por email, claro, pero era más “frío”)(ah, que no se me olvide, que he conocido y leído casos de gente que se fotocopiaba el culo, las tetas, el sexo…, para poder enviar a su pareja. 😊)
Luego ya todo ha sido vertiginoso, aparecen los chats dierctos entre móviles…y hasta hoy, cuando los chats y las redes han sustituido al teléfono hablado como tal (hay chicos y chicas que no han hablado por teléfono más que una docena de veces en su vida (y unos segundos y con monosílabos) y sin embargo han enviado miles y miles de mensajes, centenares de imágenes propias, selfies, fotos tiernas…y también, mucho sexting, mucha foto subidita. ”¿por que no me envias una foto desnudo, cariño?”, “un poco de la tetita y ya está vengaaaa”…

Y con ello está el peligro de qué hace el destinatario/a con esas fotos. Os aseguro que cada poco tiempo hay algún suicidio en el mundo porque esas fotos que ella envió con amor y pasión a al amor de su vida…han sido publicadas al mundo entero y la adolescente, la joven, no ha sabido enfrentarse a tal presión.
Por si alguno/a no lo sabe, publicar ese tipo de fotos sin permiso tiene aparejadas PENAS DE PRISIÓN. Y os aseguro que yo pondría unas penas aún más duras para esas personas que por venganza o por lo que sea, pueden ser capaces de traicionar algo tan íntimo. Ójala no quede ni uno, ni una, sin castigo duro.
Hoy se cuida más en las redes, hay opciones de envío de fotos que luego desaparecen al verse… pero…incluso esas tiene ese peligro todavía posible por capturas de pantalla o similares.
Hoy lla mitad de las relaciones comienzan en alguna conversación por chat o en alguna red social, con una persona que quizá ni la foto que usa sea su propia foto real, así que si practicas o vas a practicar sexting…, cuida algunos detalles al menos: no envíes nada demasiado íntimo, que pueda provocarte dolor si se hace público, a alguien que no conozcas personalmente (hay gente que se dedica a embaucar y conseguir fotos y vídeos para vender luego a diversas webs, y miles de personas caen en esas trampas, tanto hombres como mujeres), procura no mostrar tu rostro en las fotos o vídeos que envías, tampoco si tienes algún tatuaje muy característico, tu intimidad es valiosa, no lo dudes, así que por mucho que alguien insista, no la debes ofrecer sin más. Si es cuestión de deseo, de pasión, hay juegos sexuales posibles sin necesidad de mostrarte completamente por un chat. No cualquiera que has conocido hace un par de días y aún no sabes cómo funciona se merece tu regalo. ¿Tienes miedo a perder a esa persona si no le envías ese video que te pide?, quizá es que si lo pierdes por ello, es que no merecía la pena. Esas imágenes son más que tu cuerpo, son tu libertad y esa hay que cuidarla.

Por cierto, el senador este, aunque nunca se emparejó con Sarah, jamás enseño esa imagen a nadie, la guardó en su escritorio, bajo llave, para su propio deleite y el secreto y la intimidad de su amante fue guardada durante toda su vida, a pesar de que volvió a casarse, pero no con Sarah, sino con la hija de un rico comerciante de New York (tampoco la destruyó, se ve que esa imagen suponía mucho para él).
No solo eso, cuando murió y sus herederos vieron la “Belleza revelada” decidieron guardarlo otros 150 años más, sin mostrarlo al público tampoco. Así siguió hasta 1981 en que por fin salió a la luz en una subasta de los herederos. Los compradores posteriormente lo donaron , en 2006, al Metropolitan Museum of Art de Nueva York. El museo expone una fotografía en gran tamaño en la web (recordad que es una miniatura) pero el original no está expuesto al público.

Hoy en día la imagen de Belleza revelada es parte de «actualizaciones de otras artistas, y se vende en multitud de soportes como faldas, vestidos, camisetas, y hasta fundas de móviles.

BIOGRAFÍA DE SARAH GOODRIGE

Nació en Templeton, Massachusetts, el 5 de febrero de 1788. Sarah era la sexta de nueve hijos de Ebenezer Goodridge y Beulah Childs. Su vocación por el dibujo y la pintura le vino desde muy pequeña mostrando unas grandes aptitudes para este arte. Sin embargo, en esta época, las oportunidades educativas para las mujeres estaban muy limitadas, por lo que se puede considerar que Goodridge fue, en gran medida, una pintora autodidacta. Su hermana Elizabeth, también destacaría en la pintura y se convertiría también en una miniaturista famosa.
No fue sino hacia 1818, a los treinta años de edad, cuando adquirió la suficiente confianza para figurar en el directorio de la ciudad de Boston como pintora en miniatura.
En esta foto, autoretrato con 42 años, en 1830.  En 1820 se fue a vivir con su hermana Elizabeth, diez años más joven, donde recibiría formalmente clases de dibujo y pintura. Las hermanas Goodridge trabajaban el retrato en miniatura, un estilo artístico que, en aquella época, tenía una buena salida comercial, tanto como regalo familiar como social o amoroso. Se especializo en retratos pintados en marfil. Recibió clases del miniaturista, de Hartford, Elkanah Tisdale (1768-1835). Sus primeras pinturas fueron exhibidas en Boston y en Washington D.C.
Sarah amasó una pequeña fortuna, pues vendía dos o tres retratos por semana, de lo que se enorgullecía profundamente, y con este dinero sustentaba la economía de su familia (su madre, su hermana y una sobrina huérfana) y la suya propia sin preocupaciones. Nunca se casó.
A partir de los 62 años, empezó a darse cuenta de que su trabajo como miniaturista había llegado a su fin.
Falleció el 28 de diciembre de 1853, de un derrame cerebral, en su casa de Reading, Massachusetts.