Ya sé que no podemos hacer demasiado desde aquí, ambulance ya sé que noticias como estas se dan cada semana en algunos paises, medic ya sé que la culpa no es de una religión en concreto ni de un credo, ni de una cultura…la culpa es de unos hijos de puta, hombres (y mujeres) machistas desde ya muchas generaciones, que utilizan la puta religión para asesinar, para torturar, para pensar que así son más «hombres».
Mi odio más tranquilo pero más duro para esos miserables. Mi solidaridad más humana para todas las mujeres que viven, o mueren, atemorizadas por esta mezcla de cultura, religión y machismo. Por mi podéis meteros en un pozo y quedaros ahí, para siempre, con vuestra cultura, vuestra religión, vuestra violencia, vuestro machismo, vuestra endiablada deshumanización.
«El brutal linchamiento de una chica yezidi enamorada de un joven musulmán provocadó el pasado mes de mayo un estallido de violencia sin precedentes en el Kurdistán, la zona más tranquila y segura de Irak.
La escalada de tensión comenzó el 7 de abril, cuando Dua Jalil Aswad regresó a su aldea de Bahzan (comarca de Bashika, al este de Mosul), donde conviven seguidores de este credo preislámico, musulmanes y cristianos. Dua, que se había escapado de casa, fue reclamada por su familia para arreglar la situación, pero, una vez en el pueblo, fue lapidada brutalmente en público con piedras de gran tamaño ante cientos de hombres. Estas escenas fueron grabadas por uno de los presentes con un teléfono móvil y colocadas en internet en una página kurda llamada www.jebar.info. En las imágenes se puede ver a la joven, de larga y negra melena, y vestida con un suéter rojo, sentada en el suelo mientras es golpeada; después, se aprecia su cuerpo sin vida, desnudo de la cintura para abajo y, más tarde, con las piernas cubiertas con una chaqueta. Inicialmente se explicó que Dua había sido linchada porque se había convertido al islam, religión enfrentada al yezidismo hasta el punto de que muchos musulmanes califican despectivamente a los yezidis como «adoradores del diablo». Sin embargo, fuentes de la investigación y personas muy cercanas a la víctima lo han negado rotundamente y han reiterado que el único delito de Dua había sido enamorarse de un musulmán.
Los principales dirigentes yezidis se apresuraron a condenar el linchamiento y a exigir el castigo de los autores. Este culto es una religión preislámica estrechamente vinculada con las enseñanzas de Zaratustra que, a lo largo de los siglos, asumió ritos cristianos y mahometanos. En la actualidad, los yezidis no llegan al millón de personas en todo el mundo y están repartidos fundamentalmente en las regiones kurdas de Irak, Siria, Turquía, Armenia y Georgia.
40 organizaciones de mujeres han protagonizaron protestas en la capital autónoma e hicieron un llamamiento internacional para poner fin a los «crímenes de honor» que han costado la vida a miles de mujeres kurdas en los últimos años.
Amnistía Internacional exigió tanto a las autoridades kurdas como a las iraquíes que pongan los medios necesarios para acabar con esta bárbara costumbre, según la cual los hombres de la familia castigan con mutilaciones o con la muerte a las mujeres que «manchan el honor» de la familia con su comportamiento «indecente».»
Lo anterior no solo pasa en aldeas perdidas del continente asitico o africano, también pasa en otras zonas: pasa en España, donde se practican ablaciones, pasa en Gran Bretaña donde no hace mucho se torturó hasta la muerte a una mujer por enamorarse de quien no debía por causa de su religión…(Guatemala encabeza la clasificación mundial de países en los que se producen más asesinatos de mujeres).
Una mujer, Banaz, por ejemplo, murió por orden de su propio padre y en su propia casa por culpa de un beso. La prueba de la mancha condujo a su familia (kurdos iraquíes exiliados en Londres) a estrangularla
para lavar la honra en virtud de su ancestral código ético fue registrada paradójicamente gracias a las nuevas tecnologías: la cámara de un móvil capturó el gesto cariñoso hacia su novio en plena calle y la condenó a muerte con sólo 20 años.
En el Reino Unido, se extienden cada vez más estos mal llamados «crímenes de honor» a razón de 12 al año.
Es una muestra más del fanatismo religioso, sí, pero también una muestra aún más dura del machismo y la violencia de género que invade los corazones de algunas personas.
En Pakistán, Mukhtaran, de 30 años, contaba cómo fue castigada a una violación colectiva ante cientos de personas para reparar una ofensa cometida por su hermano. En Zimbabue, otra joven denunciaba el método que eligió su familia para corregir su orientación sexual con la ayuda de un hombre mayor que ella: «Me encerraron en una habitación donde todos los días lo llevaban a que me violara para que tuviera que casarme con él. Lo hicieron hasta que me quedé embarazada».
De las 10 naciones en las que más se mata a mujeres (al menos de las que podemos tener datos algo fiables), siete pertenecen a América Latina. El caso de Guatemala multiplica por seis la media mundial por cada millón de mujeres, establecida en 20,94.
En Europa, son las antiguas repúblicas excomunistas las que registran más violencia hacia la población femenina -especialmente Estonia, Hungría, Rumanía y Eslovaquia-, aunque el país que alberga el corazón de las instituciones europeas, Bélgica, ocupa un sorprendente segundo puesto (España queda lejos, en el puesto 16 de los 24 países europeos analizados y el 32 entre los 40 analizados en todo el mundo por el Centro Reina Sofía.
Como decía, muchos paises no dan datos, ocultan datos o directamente falsean los datos, así que todas estas cifras hay que tomarlas con mucha precaución.
Una frase me viene a la memoria: